La vaginitis es una condición muy común que se refiere a la irritación de los genitales femeninos. Algunas cifras aseguran que esta condición es 12 veces más frecuente que los estados gripales, pero en comparación no hay tanta información disponible para los pacientes.

Dos de los factores que predisponen a la aparición de esta enfermedad es la actividad física y el tipo de ropa que se usa. Esta condición produce síntomas molestos como ardor, comezón, brotes en la piel, lesiones por el rascado  y en ocasiones algún tipo de flujo.

Para entender por qué se produce es importante tener en cuenta que cada zona del cuerpo tiene un balance entre los microorganismos que normalmente la habitan. Cuando se pierde este balance se producen cambios que alteran las condiciones normales del funcionamiento del cuerpo.

Muchas enfermedades e infecciones son causadas por este mismo mecanismo de pérdida de las condiciones normales de la flora microbiana. En el caso de las vaginitis se pierde el balance normal entre bacterias y hongos que habitan en los genitales femeninos.

Algunos factores como el calor, la humedad y el cambio del pH de la zona, aumentan la colonización de hongos o bacterias y este es el inicio de una irritación o infección de los genitales femeninos.

La piel de los genitales es una piel muy sensible que constantemente está bajo estímulos que la pueden maltratar como el roce, el calor, la humedad, los protectores, la ropa, la orina y la sangre de la menstruación. Al igual que en la piel de otras zonas, algunas mujeres pueden ser más sensibles y no tolerar ningún jabón ni protector. Por esta razón muchos especialistas no recomiendan el uso diario de protectores entre otras medidas.

Muchas mujeres han optado por usar ropa deportiva durante la cuarentena como leggings, pantalones de licra y ropa ajustada.

Si bien esta ropa puede ser cómoda para hacer ejercicio, no es la adecuada para usar por largos períodos de tiempo. Estos diseños y materiales hacen que se acumule más calor y humedad en las zonas de los pliegues y su uso frecuente puede causar una vaginitis. Lo ideal es que los genitales estén en condiciones que permitan que no se acumule el calor y humedad. De aquí la recomendación de los ginecólogos de dormir sin ropa interior o con ropa interior muy suelta, blanca y de algodón.

En los últimos años, en el mercado ha aumentado la oferta de jabones íntimos y su uso no correcto puede traer complicaciones. Los ginecólogos consideran que para mantener la higiene genital  no es indispensable usar este tipo de productos.

Muchos de los jabones que se encuentran en el mercado no son adecuados, por lo general son perfumados, tienen detergentes o un pH que no es compatible con esta zona del cuerpo.

Los jabones íntimos deben tener un pH regulado entre 3.5 y 5.5 lo cual los diferencian de los jabones comunes.

El cuidado y protección de la zona genital se debe hacer únicamente con agua y el uso de jabones especiales debe ser formulado por un ginecólogo o dermatólogo especialista.

Los síntomas iniciales de una vaginitis son el aumento en el flujo vaginal, que por lo general es blanco y no tiene olor. Si no se recibe un tratamiento en los estados iniciales de la enfermedad, se pueden presentar complicaciones por infección por bacterias, pero se puede complicar con infecciones bacterianas que aumentan los síntomas y requieren de otro tratamiento.

Recomendaciones

  • Usar únicamente jabones muy suaves con pH regulado, sin colorantes y sin  detergentes (syndet).
  • No usar jabones perfumados.
  • No usar duchas vaginales.
  • No usar ropa interior pequeña como tangas o hilos dentales por largo tiempo.
  • La ropa de hacer ejercicio se debe usar únicamente durante unas pocas horas.
  • Al finalizar el ejercicio es necesario cambiarse la ropa interior, usar ropa cómoda y no ajustada y que no aumente la humedad.
  • No se automedique con jabones, cremas o remedios caseros.
  • Consulte con su ginecólogo.
  • Si los síntomas continúan o empeoran a pesar de las primeas recomendaciones de su médico, vuelva a consultar lo antes posible.

La gran mayoría de vaginitis no complicadas se pueden diagnosticar y tratar fácilmente, pero si no se controlan pueden requerir de una consulta presencial y tratamientos más complejos como cremas, óvulos vaginales y antibióticos. Aunque muchas de las vaginitis no dependen de la vida sexual y por esto se presentan también en mujeres sin actividad sexual, ocasionalmente los tratamientos deben incluir la toma de medicamentos de la pareja.

La comodidad de la ropa para hacer ejercicio puede tener consecuencias para la salud y por esto se deben usar únicamente durante el tiempo en que se va a practicar un deporte.

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