Después de analizar los efectos inmediatos de la decisión de la Corte sobre la denominada vía rápida, una facultad con la que el Congreso podía tramitar en bloque y sin deliberaciones los proyectos de ley que desarrollan los acuerdos de paz entre Gobierno y Farc, el diario capitalino sostiene que “obró en consonancia con su deber de revisar estas normas y estudiar las demandas que se hacen sobre ellas, como fue el caso en esta oportunidad”.

La determinación, agrega este medio, “deja sin argumentos a quienes, con cierta frecuencia, han dicho que […] se comporta como un apéndice del Gobierno. No hay tal. Se demuestra, en cambio, que la división de poderes es real. Que la Rama Judicial es independiente”.

También critica a quienes “desorientan a la opinión” y a quienes “por intereses políticos” atacan a la Corte por sus actuaciones, en las que ellos no están de acuerdo. “No están a la altura de las dignidades que ostentan y que obligan a mostrar un respeto irrestricto por las distintas instancias del poder y no uno atado a la propia conveniencia”, agrega.

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Por su parte, a El Colombiano le llama la atención lo que decidió la Corte, no por el fundamento constitucional (“que es impecable”), sino porque había convalidado hasta ahora las reformas constitucionales y legales “a la medida del Ejecutivo”. Por eso, considera que la Corte, “en un proceso de renovación de sus integrantes, da un giro y parece retornar a su papel de guarda de la supremacía e integridad de la Constitución”.

Destaca las explicaciones del presidente de la Corte, magistrado Luis Guillermo Guerrero, que dijo que no son constitucionalmente procedente las limitaciones y restricciones a la capacidad deliberativa y decisoria del Congreso, pues resultan incompatibles con el principio de separación de poderes.

También descalifica a quienes, tras conocerse la decisión de la Corte, aseguraron que costará vidas humanas o que obligará a convocar una asamblea constituyente para asegurar que las reformas legales no sean objeto de debate parlamentario.

“Nada de eso es cierto. Ni el acuerdo con las Farc se va desbaratar por esta decisión constitucional, ni se va a acabar el trámite especial para su implementación. Simplemente el Congreso recupera su vocación de debate democrático. Algo tan esencial al Estado de derecho que sería bueno que todos los actores implicados tomaran nota de que la paz se construye respetando la democracia”, concluye el diario antioqueño.