Escrito por:  Redacción Nación
Mar 24, 2025 - 9:19 pm

Colombia se está enfrentando a un fenómeno que preocupa a los expertos: cada vez nacen menos bebés, y el ritmo de esta caída es más acelerado de lo que se esperaba. Entre 2020 y 2024, llegaron al mundo 841 mil niños menos de lo proyectado, según un informe de Anif.

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El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) ya había previsto una baja en la natalidad, pero la realidad superó los cálculos. Desde 2020, el país ha registrado, en promedio, 145 mil nacimientos menos por año de lo que se estimaba. Solo en los primeros diez meses de 2024, la cifra se redujo un 14,4 % respecto al año anterior. Si esta tendencia se mantuvo, el 2024 habría cerrado con apenas 450 mil nacimientos, lo que representa una caída del 13,6 % anual.

El bajón en los nacimientos se siente en todo el país, pero con diferencias según la región. Bogotá y Boyacá, por ejemplo, fueron de los departamentos donde menos cayó la natalidad (-5,9 %), mientras que en Guainía el desplome fue brutal: un -40,7 %. Amazonas y Vaupés también registraron caídas fuertes, de -17,8 % y -20 %, respectivamente.

Pero Colombia no está sola en esto. Según el Banco Mundial, la tasa de natalidad a nivel global bajó 4 puntos porcentuales entre 2000 y 2019. En países más industrializados, la caída ha sido más pronunciada, ya que un mayor desarrollo económico está ligado a mejor educación, más participación femenina en el mercado laboral y acceso más amplio a métodos anticonceptivos.

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¿Por qué las parejas están teniendo menos hijos?

El costo de vida es una de las principales razones. Criar un hijo en Colombia no es barato, y la educación es uno de los mayores gastos. Además, las mujeres están accediendo cada vez más a estudios superiores y carreras profesionales, lo que retrasa la maternidad o incluso hace que muchas opten por no tener hijos.

Otro factor que ha entrado en la ecuación es el cambio climático. Algunas personas han decidido no traer hijos al mundo por la incertidumbre sobre el futuro del planeta, la sobrepoblación y el impacto ambiental del consumo.

La pandemia también jugó un papel clave. La crisis sanitaria generó muchas dudas sobre la estabilidad económica y las condiciones de salud, lo que llevó a muchas parejas a postergar o reconsiderar la decisión de tener hijos. Y aunque esto ya ha pasado antes en la historia con eventos como la gripe española, lo que preocupa ahora es que la tendencia a la baja parece haberse mantenido incluso después de la crisis sanitaria.

¿Cómo afecta esto al futuro del país?

Si bien esta caída en la natalidad puede verse como un avance en la equidad de género y la autonomía de las mujeres, también tiene consecuencias a largo plazo. Con menos nacimientos y una población cada vez más envejecida, la fuerza laboral se reduce, lo que podría afectar la economía del país.

El sistema de pensiones también está en riesgo. Con menos personas jóvenes cotizando, se genera una mayor presión sobre las finanzas públicas. Además, el envejecimiento poblacional podría sobrecargar el sistema de salud, que tendrá que atender a una población con más enfermedades crónicas y mayores necesidades médicas.

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En este contexto, expertos advierten que más que tratar de revertir la tendencia con incentivos financieros (que no garantizan cambios reales), se necesitan políticas que faciliten la conciliación entre la vida laboral y familiar, así como condiciones dignas para la maternidad. No se trata solo de fomentar más nacimientos, sino de adaptarse inteligentemente a este nuevo panorama demográfico.

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