Álvaro Uribe dejó en evidencia su malestar al ver que le estaban mandando muchos mensajes mientras atendía la entrevista que concedió a las periodistas Vicky Dávila y María Isabel Rueda para la revista Semana, la primera desde que está en detención domiciliaria por la investigación que la Corte Suprema de Justicia adelanta contra él por presunto fraude procesal y soborno a testigos.

En varios pasajes del diálogo con ese medio de comunicación, el líder del Centro Democrático tocó la pantalla del dispositivo desde el que estaba hablando, pero llegó un momento en el que no aguantó más y les pidió a sus contactos que dejaran de escribirle.

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“Por favor, no me manden mensajes que me interrumpen aquí. Dejemos los mensajes para más tarde. Es que mandan muchos mensajes y aparecen acá en la pantalla”, manifestó Uribe en medio de una respuesta.

Al ver que la avalancha de escritos no paraba, el senador insistió: “Por favor, no me manden mensajes porque yo tengo que estar concentrado aquí con estas señoras. Ag, por favor, hombre. No me manden mensajes”, recalcó ya más incómodo por esa situación.

En la entrevista, Uribe atacó permanentemente al alto tribunal que lo investiga porque, según él, está actuando con sesgos políticos contra él. De igual manera, otro de los objetivos del congresista fue el senador Iván Cepeda, su contraparte en este caso de posible soborno a testigos, a quien catalogó como senador de las Farc.

El expresidente comparó su detención domiciliaria con un secuestro. Al respecto dijo: “Estoy indignado porque siento que estoy secuestrado por mentiras, por sesgos, por la complicidad entre unos magistrados y el joven senador Cepeda, afín a las Farc. Siento que padezco un secuestro”.