La iniciativa se votará el próximo 26 de agosto y los congresistas debatían sobre esta, que además provocó el primer desacuerdo entre Uribe y el Presidente Iván Duque.

Por el tema del debate, la oposición aprovechó para poner sobre la mesa todos los exfuncionarios de Uribe que están presos e investigados por varios hechos de corrupción y los problemas judiciales del expresidente.

Aida Avella, senadora de la coalición Decentes, señaló varios de los escándalos de los mandatos de Uribe:

“Recordamos a la señora María del Pilar Hurtado, presa por las chuzadas; nos acordamos del señor [Jorge] Noguera, director del DAS, ficha del paramilitarismo, que, además, ayudó a matar gente, como al profesor Alfredo Correa de Andréis. Recuerdo el escándalo de la ‘yidispolítica’, cuando compraban votos en este Parlamento y los pagaban con notarías”, señaló.

El expresidente se defendió reiterando que era una “persecución” contra ellos, que llegaron a esos cargos por “su pulcritud”.

Pero la senadora no fue la única que en su intervención sacó el espejo retrovisor del mandato de Uribe. El senador Gustavo Petro le dijo:

“Yo no salí de la Alcaldía con mis hijos ricos, salí pobre y embargado y no salí de la Alcaldía con funcionarios presos, no hay ni uno. ¿Ustedes pueden decir lo mismo?”.

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Esas investigaciones no fueron el único tema por el que reclamó Avella; también le reprochó a Uribe que muchos de sus compañeros de la  Unión Patriótica fueron asesinados y recordó: “Nuestra información la daban desde el DAS. Los escoltas que una vez nos pusieron no eran para protegernos, sino para seguirnos, ubicar nuestras familias, nuestros sitios de trabajo, llamarnos y decirnos que nos iban a matar y nos mataron”.

Uribe se defendió y aseguró que en su gobernación garantizó seguridad a dos diputados de ese movimiento: “Beatriz Pérez y el señor Arenas tuvieron toda la protección. Cuando yo fui a terminar la Gobernación de Antioquia me visitaron, me dieron las gracias y les dije: ‘¿Por qué no lo dicen públicamente?’ Me dijeron: ‘Porque nos matan las mismas Farc’”.

Pero esa afirmación solo provocó una respuesta más dura de Avella:

“Beatriz Gómez está en el exilio. El otro compañero no ha tenido una vida normal: a él le toco comer de lo que dejaban en las plazas de mercado gracias a su actuación, doctor Uribe. 483 personas murieron asesinadas durante su administración como gobernador. Ahí están los muertos, las listas, nos tocó sacarlos del país. Yo dirigí una carta a usted diciéndole que en la finca del señor Pedro Juan Moreno, que en ese momento era su secretario de Gobierno, se entrenaban grupos parmailitares y le pedí que actuara como gobernador y nunca hicieron nada. Lo único que hicieron fue coadyuvar”.

El senador del Centro Demcorático Carlos Felipe Mejía salió en defensa de su jefe político  y replicó: “No somos un cartel de asesinos liderados por Álvaro Uribe. Con esos cuenticos están acabando con este país”.

Sin embargo, Avella puntualizó:

“Yo sé, señor Uribe, que usted no tiene miedo porque usted atemoriza aquí a todo el mundo, hasta a la Corte Suprema de justicia. Usted atemoriza testigos, usted atemoriza al que quiera. Yo soy una simple mujer que me tocó vivir 18 años en el exilio porque no me permitieron vivir en este país”.   ´

Los congresistas del partido Farc también tuvieron su oportunidad de intervenir y Carlos Antonio Lozada indicó: “Gracias al acuerdo de paz, podremos conocer la historia trágica de la violencia política en Colombia y quienes la ejercimos desde la resistencia válida de los sectores campesinos y populares, vamos a levantar la voz para sindicar la responsabilidad de los sectores políticos que históricamente ejercieron la violencia mediante el poder del Estado”.

Palabras que no cayeron bien al senador uribista Gabriel Velasco, que le reprochó:

“Resistencia no puede ser matar a inocentes, asesinarlos como a los diputados del Valle del Cauca. No es resistencia bombardear personas en una iglesia, no es resistencia ponerle un collar bomba a la gente”.

Pese a que investigaciones posteriores demostraron que las Farc no fueron las autoras de este último hecho mencionado por Velasco.

El rifirrafe es el comienzo del nuevo Senado con las dos fuerzas, de izquierda y derecha, muy fuertes y con protagonistas de mucho peso político. Estas discusiones se harán comunes en los próximos cuatro años.