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Por: Marizol Gómez
Joseph Ducuara, un joven que actualmente tiene 18 años, vive todo un drama luego de sufrir un mal procedimiento médico cuando tenía tan solo un año de edad luego de ser diagnosticado con leucemia linfoblástica aguda, un tipo de cáncer que ataca la médula ósea del cuerpo.
Sus tratamientos fueron exitosos hasta que cumplió 7 años. El menor, según relató su madre, Shirley Ducuara fue trasladado al hospital La Victoria, que tuvo problemas en 2022 con un posible cierre en Bogotá y luego al Hospital Federico Lleras Acosta de Ibagué para hacerse su tratamiento médico y entre eso, una transfusión de sangre debido a las bajas plaquetas y defensas que tenía el menor en ese entonces.
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Al momento de la transfusión, el menor comenzó a presentar mareo, vomito, fiebre y síntomas muy extraños que pusieron en alerta a la mamá del niño. De acuerdo a la sintomatología, el menor fue llevado nuevamente al hospital donde inicialmente fue atendido y le hicieron exámenes en los que se pudo evidenciar, según su mamá, que el niño estaba contagiado de VIH.
“Ha sido todo un proceso investigativo, pues mi mamá se puso a indagar en el Hospital donde me transfundieron, ella trabaja allí y logró sacar el numero de la bolsa de sangre que me habían puesto”, le contó el joven, en exclusiva, a Pulzo.
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La madre del menor logró encontrar el nombre del donante y efectivamente se pudo probar, según sus familiares, que en ese hospital se habría cometido una posible negligencia, pues la bolsa que le suministraron al menor era de un hombre portador de VIH que había dado su sangre a una de sus hermanas que tenía un embarazo de alto riesgo, sangre que nunca recibió y que dejaron en el hospital y fue puesta al Joseph en su tratamiento.
“Para mi ha sido terrible, yo me enteré a los trece años y no he podido conseguir trabajo, porque a pesar de que para mí no es un tabú tener VIH, siempre que lo manifiesto o se dan cuenta me hacen el feo y no me reciben en ningún lugar” añadió en entrevista exclusiva a Pulzo.
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La familia del menor puso varias demandas al hospital Federico Lleras Acosta de Ibagué, buscaron abogados que les prometieron ayudarlos con el caso pero terminaron “llevándose la plata” y a pesar de tener pruebas contundentes, nunca se logró nada por que el proceso prescribió ante la ley.
Ahora Joseph está en España, trabajando como camarero y tratando de buscar un mejor futuro para él, pues quiere estudiar pero en Colombia no encontró la forma de hacerlo sin tener un trabajo estable donde lo recibieran ya que solo ha recibido discriminación a causa de su condición.
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Él y su familia hacen un llamado a las autoridades para que se haga justicia con su caso y más personas no tengan que pasar por este tipo de “negligencias” como la que le ocurrió a él y que al día de hoy le han cambiado su vida radicalmente.
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