Escrito por:  Redacción Nación
Oct 26, 2023 - 12:30 pm

Juan Diego Uceda, de aproximadamente 30 años de edad, se salvó milagrosamente de morir en el torrencial aguacero que cayó el miércoles 25 de octubre en varios sectores de Barranquilla.

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Al motorizado lo sorprendió el arroyo San Salvador cuando se movilizaba por el barrio que lleva el mismo nombre y, a pesar que dos habitantes de esa zona intentaron sacarlo, la fuerte corriente se lo llevó y lo arrastró hasta el barrio Siape, donde unos ángeles lograron salvarle la vida.

De manera dramática, el joven domiciliario relató a Zona Cero cómo una escalera humana lo ayudó a zafarse del feroz arroyo que intentó arrebatarle la vida, aunque el motorizado admitió haber cometido una imprudencia.

“Uno por confiado de pronto, pensé que uno podía pasar por aquí, por este charquito de agua. La moto se me apagó. La intenté prender, pero la misma fuerza del agua se me fue la moto de lado. Me cayó encima”, dijo al portal antes citado.

Juan Diego Uceda narró que a pesar de que la gente la alcanzó a socorrer, la fuerza del arroyo los venció y siguió derecho por el arroyo: “Yo ya me hacía muerto. Ya estaba sin esperanza. Gracias a Dios que puso a esas personas que pudieron salvarme. Y fueron las que me devolvieron la vida prácticamente”.

Por último, el joven aseguró que el arroyo tenía mucha fuerza y que durante el recorrido en el que pensó lo peor gritaba auxilio, llamados que escucharon personas que estaban en una choza.

“Me alcanzaron a jalar del Río, porque yo iba pegado al borde. Si hubiese ido por la mitad, no me agarran. Iba pegado pensando en una cuerda que me alcanzaran a coger. Eso tiene mucha fuerza y por más que uno intente agarrarse de algo, sigue derecho. Y gracias a Dios los señores lograron salvarme y recuperar la vida”, concluyó.

Acá, el dramático relato del joven motociclista:

Jóvenes se lanzaron al arroyo que se formó en aguacero en Barranquilla

Mientras el arroyo arrastraba al motorizado, irónicamente otros jóvenes ponían en riesgo sus vidas lanzándose a una corriente de agua en la carrera 40 con calle 39, centro de la ciudad, una mala práctica que se ha vuelto costumbre para algunos, cada vez llueve en la ciudad.

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Acá, las imágenes de la riesgosa maniobra:

 

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