Escrito por:  Redacción Nación
Dic 26, 2023 - 5:48 am

Dos graves hechos empeoraron el ya de por sí deteriorado orden público del departamento del Cauca en vísperas de Navidad: el asesinato del alcalde de Guachené, Élmer Abonía Rodríguez, y la masacre de cinco personas en Santander de Quilichao, en donde fueron ultimados un profesor, su esposa e hija, y dos personas más. La respuesta del Gobierno lució, además de tardía, muy común y reactiva.

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El presidente Gustavo Petro se demoró más de un día para comentar el homicidio de Abonía Rodríguez, y el ministro de Defensa, Iván Velásquez, también se pronunció al día siguiente sobre el atentado para informar que “Cumpliendo la orden impartida […] por el presidente […] para fortalecer la seguridad en el […] Cauca”, el director de la Policía dispuso el envío de “50 policías de inteligencia y de investigación y otros 80 especialistas en operaciones especiales”.

Es claro que las medidas que anunció Iván Velásquez no son de carácter preventivo ni disuasivo. Se trata de una reacción de las autoridades, lo que es una clara muestra de que la iniciativa no solo en el Cauca, sino en toda Colombia, la tienen las organizaciones criminales que atenazan al país, y que Policía y Ejército solo se mueven en el plano de una respuesta limitada por la política de “paz total”, y no en el de imponer condiciones que golpeen y combatan efectivamente a la delincuencia.

De hecho, por la situación del país, a Velásquez la Procuraduría le exigió un informe sobre las labores que desarrollan la policía y las Fuerzas Militares para detener los hechos de violencia que se presentan en el territorio nacional.

Con base en el anuncio de Velásquez para el Cauca, el presidente Gustavo Petro explicó que la política de seguridad de su Gobierno “se basará cada vez más en la inteligencia”, y agregó que Ejército, Fuerza Aérea y Armada “están llenando en este momento el faltante de miles de hombres y mujeres en la formación y actividad de inteligencia hasta los aspectos más complejos”.

Según Petro, “el objetivo es desactivar las economías ilícitas y las organizaciones armadas que sostienen”. Y, para eso, aseguró que el otro gran pilar al lado de la inteligencia son las “grandes operaciones de incautación de drogas”. Pero esas incautaciones solo afectan un eslabón del narcotráfico (el tráfico; los otros son cultivos de uso ilícito, producción de cocaína y lavado de dinero). Las incautaciones resultan ser, también, una reacción a ese delito.

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Finalmente, Petro sostuvo que la política de represión “a la gran organización multicrimen tiene que moverse en la política social de transformación real del territorio sin la cual pierde su eficacia”. Con eso afectaría otro de los eslabones de la cadena del narcotráfico. Y por lo que se ha visto a lo largo de su Gobierno, el asunto de los grupos armados que se lucran del narcotráfico sojuzgando con violencia amplias zonas del territorio nacional se lo deja a su política de “paz total”.

El énfasis en el fortalecimiento de la inteligencia (siempre necesario, pero no suficiente) abre un interrogante sobre qué hará el Estado con toda la información que recoja mediante esa actividad, si está disminuida la fuerza para lanzar las operaciones que recomiende la inteligencia.

Sobre lo que podía pasar en el Cauca ya había información, por ejemplo, la de la Alerta 036 que había emitido la Defensoría del Pueblo. Pese a ello, no hubo una respuesta preventiva por parte de las autoridades militares y de policía.

Ante todo este panorama, la senadora del Centro Democrático María Fernanda Cabal culpó al presidente y al ministro de Defensa. “Ustedes destruyeron la moral de la fuerza pública; desarticulada por despidos y paranoia, por irrespeto a la jerarquía militar y policial, más la escasez de hombres en armas, la ausencia de apoyo tecnológico y la no erradicación de la coca”.

Se refiere claramente a la barrida de generales experimentados de todas las fuerzas que hizo Petro no bien se posesionó como presiente. En conclusión, para Cabal, el mandatario y el ministro “ingeniaron la fórmula perfecta para que haya más violencia. Punto”.

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