El primer incidente fue reportado el pasado 27 de junio por una usuaria que, asqueada con lo que vio en el bus, decidió tomar una foto y publicarla en su cuenta de Twitter para hacer la denuncia.

En la imagen se ve que sobre una de las sillas azules del bus hay trozos de papel que cubren el excremento: “Voy literal en un Transcaribe cagadooooooo”, dice la usuaria.

El otro incidente fue reportado este viernes, 29 de junio, también por una usuaria que acudió a sus redes sociales para rechazar este comportamiento.

La mujer fue contactada por el diario El Universal de Cartagena, y allí contó lo sucedido:

“Eran las 8:00 de la mañana cuando me subí al bus. Cuando ingreso observo que las sillas azules que se ubican cerca al puesto del conductor estaban vacías, noté que mucha gente venía con la nariz tapada y que otra joven rociaba perfume. La situación llamó mi atención pero como tengo gripa, no logré percibir ningún olor. Después, cuando llegamos a la estación del Mall Plaza y una señora que viene junto a mi nota que varios usuarios se quieren sentar en las sillas azules, los frena y me cuenta que había una silla sucia de popó”, dijo.

De acuerdo con ese medio, el excremento estaba al interior del articulado que cubre la ruta 103, y usuarios que se percataron de lo sucedido reclaman más cultura por parte de quienes usan este servicio.

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La situación fue comprada en redes sociales, de inmediato, con los reprochables actos que han sido registrados en el sistema Transmilenio en Bogotá, en donde hombres y mujeres han sido sorprendidos orinando dentro de los buses y en las estaciones.

A algunos de ellos como sanción la Policía los ha puesto a trapear. A otros, por el contrario, solo han sido castigados con el escarnio público. No obstante, la ley contempla una multa de hasta 786.000 pesos para estos casos.