Si la impuntualidad y los cambios de última hora no vuelven a aparecer, este lunes llega al Congreso la tan mentada reforma estructural al sistema de salud. Al mismo tiempo, el país convulsiona en medio de una semana llena de marchas en contra de este proyecto de Petro, quien hasta ahora no le ha podido bajar a la polarización.

Lo cierto es que es una de las propuestas más ambiciosas y polémicas del presidente. Incluso sin conocerse el articulado final, la falta de claridad y las reiteradas contradicciones han desatado la mayor resistencia de los partidos políticos que lo apoyan en el Capitolio –además del Pacto Histórico– e incluso dentro del mismo gabinete ministerial.

Sin embargo, con el paso de los meses, el discurso y las posturas de Petro han bajado la espuma y se ha optado por el camino del consenso, lo cual se vio reflejado en que el Gobierno abandonó la idea de eliminar las EPS.

No en vano, con toda la mala publicidad que se le hace, el sistema de salud colombiano cuenta con el respaldo de varios indicadores que lo ubican como uno de los mejores del continente, con la capacidad para, en un año (2022), haberle prestado asistencia a 42’496.766 personas, garantizar 309’332.806 atenciones y gestionar 33’244.270 consultas especializadas.

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Estos son los puntos principales de los cambios que, por el momento, se han conocido de las declaraciones de la ministra Carolina Corcho.

¿Cómo se manejarán los recursos de la salud?

El cambio en la administración de recursos (la intermediación financiera) dejaría de estar en manos de las aseguradoras. Para el Comité de Impulso de la Reforma, el modelo ha sido un “fracaso” y “no han cumplido con los requisitos de ley”, por lo cual no vale la pena “seguir transfiriéndole a operadores privados recursos públicos”.

No obstante, parte de ese cambio en las formas de Petro se vieron reflejados el pasado viernes en la noche después de una reunión con los presidentes de varias entidades prestadoras de salud (EPS), en la que participaron Corcho y el ministro del Interior Alfonso Prada. Al terminarla, este último aseguró que “el proyecto, bajo ninguna circunstancia, elimina las EPS ni tampoco les pone un término de transición de subsistencia” y que las que “se acomoden al nuevo diseño de los centros de atención primaria van a tener la posibilidad de continuar”.

A su vez, el director de salud de Compensar, Andrés Barragán, explicó que Petrono habló de eliminación de las EPS, sino de transformación” y dijo que manifestaron que dejaron “una serie de dudas sobre el futuro del sistema de salud en Colombia”.

Por otra parte, la idea es que el control de los recursos lo tenga la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres).

Preventivo y predictivo: el nuevo enfoque

Este es el punto en el que hay más acuerdos entre el Ministerio, los expertos y los actores de salud. Actualmente, el modelo de salud en el país se centra en atender la enfermedad y no en evitarla o pronosticarla. Por eso, la pretensión del Gobierno Nacional es transformar el modelo a uno preventivo y predictivo. De esta manera, se crearía una red de servicios integrales con la que se recuperen los médicos de familia y para que les dé importancia a los factores sociales que les permitan a los ciudadanos tener un desarrollo y un estado de salud sano.

Apuesta por mejorar condiciones laborales

La situación de los profesionales de la salud y su vinculación laboral, en la que abundan los contratos por prestación de servicios, es el centro de esta punta de la reforma. Por eso se busca que mejoren sus condiciones en términos salariales y contractuales, que les aseguren condiciones justas y estables para su capacitación y formación.

Alcaldías y gobernaciones toman las riendas

Al respecto, la pretensión de la reforma es que la descentralización y la participación ciudadana sean condiciones indispensables para garantizar que los gobiernos territoriales (alcaldía y gobernaciones) asuman el control de las condiciones de vida y salud de los ciudadanos por medio del diálogo con ellos.

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¿Cómo financiar salud y seguridad social?

Para el Ejecutivo, la subvención del sistema de salud y de seguridad social debe ir en tres líneas. En primer lugar, están las empresas, los trabajadores, los independientes y los rentistas de capital deben aportar a fondos parafiscales; en segunda instancia, las empresas en proporción a los contratos realizados por trabajos o servicios personales; y en tercer lugar, los trabajadores y rentistas en proporción a su ingreso.

Construir un sistema público de información

La idea de esto es desarrollar un sistema de información único, público y disponible en línea que permita recuperar la información económica, clínica, científica y administrativa del sistema de salud vigente para preservar recursos económicos y epidemiológicos. Con ese fin, se incluirán los datos necesarios para garantizar la información sobre componentes individuales, demográficos, determinantes de salud, genéticos y clínicos, que incluyen diagnósticos y resultados.

¿Cuáles serán las líneas rojas?

Esas dos palabras –líneas rojas– han sido las favoritas de los partidos políticos (La U, Liberal y Conservador) que han expuesto públicamente sus temores ante la reforma a la salud y que han puesto al Gobierno a hacer un alto en el camino. No obstante, estos inamovibles los comparten algunos conocedores del sistema.

Uno de ellos, es el exministro de Salud Fernando Ruiz, quien le dijo a EL COLOMBIANO que “el punto más sensible es el tema del aseguramiento y que lo vayan a mantener, ya el resto es más de tipo financiero y del régimen de transición, lo mas importante es si el modelo de aseguramiento se va a mantener”.

Por su parte, el vocero del movimiento Pacientes Colombia, Denis Silva, le expresó a este diario que los inamovibles deben ser “la no regresividad, sin importar el cambio que haya; la protección del sistema y no de las EPS; así como la protección financiera”.

Abecé de las dudas que aún quedan por los cambios en el sistema

Aunque las EPS recibieron con esperanza el parte que entregó el ministro Prada sobre la no eliminación de las EPS, aún persisten varias preocupaciones que esperan resolver este lunes con la radicación de la reforma y que fueron expresados por el gremio de las EPS subsidiadas, Gestarsalud.

Una sola puerta de entrada

Para el gremio, los centros de atención primaria (CAP) tendrían que prestar los servicios básicos a entre 20 y 25 mil personas, lo cual podría aumentar los tiempos de espera y la congestión, pues los usuarios contarían con menos canales de acceso para recibir atención médica.

¿Se disparará el gasto en salud?

Según Gestarsalud, en el modelo planteado solo habría un pagador único porque, dicen, nadie controlaría ni auditaría el gasto y el sistema estaría en riesgo de quiebra y “sin las EPS gastaremos mucho más que ahora”.

¿Otro sistema de información?

El gremio argumenta que actualmente existen otras bases de datos robustas en la Adres, las EPS, las IPS, la Cuenta de Alto Costo y el Ministerio de Salud. Ante esto, proponen que toda la información existente sea interoperable y que incluya la historia clínica.

¿Cómo garantizar mejor salario?

El qué está claro. Falta el cómo. Para resolverlo, añade Gestarsalud, se debe tener claro cuántos trabajadores hay, cuántos están precarizados y el costo de formalizar su contratación directamente con el Estado.

Dicho esto, sea por la presión de los partidos que lo apoyan o porque entró en razón, el presidente Gustavo Petro se puso al mando del diálogo para sacar adelante la reforma, en la que se juega su gobernabilidad en el Congreso. En ese sentido, el exministro Ruiz aseguró que esto “es un paso en el sentido correcto” y que “esta reforma ha debido empezar por ahí”; aunque advirtió que evidencia un cortocircuito entre un Petro “con tono conciliador y pragmático y un Ministerio con un tono diferente y radical”.

Así mismo, Silva aseveró que le preocupa “que el Gobierno está invisibilizando a la ministra porque la anuló de las conversaciones y las lideró el presidente y Prada. Todo eso tiene un trasfondo”.

Entre tanto, Ana María Soleibe, vocera del Comité de impulso de la Reforma a la Salud, le indicó a este diario que esa situación corresponde a unas directrices que son de la Presidencia y que en la reunión con los directivos de las EPS Corcho “estuvo encargada de hacer la pedagogía de la reforma”. Además, calificó como “muy positivo” los anuncios de esa reunión en los que se dejó en claro que “las EPS se pueden ajustar al nuevo sistema como prestadores de salud”.

Sin ir más lejos, la reforma a la salud seguirá trayendo consigo semanas intensas de debate, discusión y consenso. Entre tanto, el Gobierno parece haber dado el brazo a torcer con lo de eliminar las EPS, pero surje la pregunta: ¿tendrá el mismo carácter frente a las demás preocupaciones?