Y lo hizo por tres vías: primero, en un conmovedor relato en Twitter, en entrevista con el medio Impacto @News en YouTube, y después en declaraciones al diario El Heraldo, con el permiso de su mamá, María Monsalve, que el pasado 4 de mayo instauró la denuncia en la Fiscalía contra Cristian Leonardo Quintero Pacheco, de 18 años, señalado por la menor de ser su agresor.

“Mi relación duró un año y siete meses. Al principio todo se veía bien, él era amoroso, atento, cariñoso. Me hacía feliz. Pensé que era alguien maravilloso; estaba enamorada, loca por él”, comienza su triste relato María Camila. “Sin embargo, no pude estar más equivocada. Poco a poco él cambió. No era más esa persona fabulosa que conocía. Por el contrario, era de lo peor”.

“Durante este tiempo con él, me perdí a mí misma. Perdí lo que significaba ser yo, María Camila. Alguien alegre, segura de sí misma. Alguien completa”, continúa la joven. “Su cambio fue radical, no me permitía tener amigos, no podía salir si no era con él, no podía usar cierto tipo de ropa, no podía hablar con nadie, no podía ser yo. Traté de acomodarme a lo que él pedía; ¿qué podía estar mal? Tenía 15 años y sólo ojos para él. No podía perderlo”.

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Pero, ¿qué fue lo que pasó para que esta joven enamorada cambiara tan radicalmente de parecer sobre su novio? La madre cuenta en su denuncia ante la Fiscalía todo se desencadenó el pasado 30 de abril a las 8:20 de la noche, cuando el señalado agresor llamó a María Camila para que saliera a hablar.

“Mi vida cambió por completo” ese día, recuerda la universitaria. “Durante el día habíamos peleado, me había bloqueado de todas las redes sociales, como usualmente hacía. […] Poco después me llama; me pregunta qué hice que sé que no le gusta y unos segundos después entiendo que es por pasar un trabajo a un compañero de clase. ¿Cómo iba a saber yo que eso le molestaría? ¿En serio estaba tan mal? Insistió en venir a mi casa, hablar conmigo; así lo hizo”.

“Pocos minutos después llegó su mensaje, estaba afuera”, sigue María Camila, y de ahí en adelante su narración adquiere un ritmo inusitado, un crudo dramatismo. “Salí. Me senté en su carro y lo primero que hizo fue preguntarme por qué le mandé ese trabajo a ese compañero”.

En su denuncia ante la Fiscalía, publicada por El Heraldo, la madre de la joven dice que ella le respondió al novio que le había pasado el trabajo al compañero porque le dio lástima.

“Casi sin poder contestar; instantáneamente comenzó a pegarme”, agrega María Camila. “6 minutos. 6 minutos de golpes, 6 minutos de él ahorcándome hasta casi dejarme sin aire. 6 minutos que culminaron en ‘hpta, me cansé’. 6 minutos que culminaron en mi cara morada, mi tímpano roto y mi tabique desviado. 6 minutos que acabaron conmigo, física y emocionalmente”.

La angustiosa situación no la termina María Camila en su valiente relato en Twitter, sino su madre en la Fiscalía: “El joven Cristian comienza propinándole golpes en la cara, con su puño, diciéndole: ‘Yo te lo advertí que si me engañabas te iba a matar’”.

De acuerdo con el texto de la denuncia de la madre, “la niña relata que él le dio muchos golpes en forma repetitiva […] En ese momento comenzó a ahorcarla. Ella trataba de defenderse con sus manos, pero ella no podía respirar, y [él] le sigue diciendo: ‘Mírate al espejo, esto te lo mereces, mírate. El sujeto prende el carro y trata de llevársela a la fuerza; la agarra por el pelo. […] Arranca el carro para salir, en ese momento la niña abre la puerta del carro y sale corriendo”.

La historia la cierra María Camila con dos conmovedores trinos que también invitan a la acción a las mujeres que puedan estar en la misma situación:

“Han pasado casi 3 meses desde esto. Aún tengo miedo de verlo, creo que nunca papare de tenerlo. Tengo miedo de que él pueda hacerle esto a alguien más. Y más que todo por esto es que debo contar mi historia. Sé que soy un número más entre los miles de casos que pasan mundialmente, sé que hay gente que le toca peor. Pero eso lo hace menos doloroso, menos humillante y menos triste. Hoy puedo decir que sé que saldré de esto, poco a poco y con paciencia”.