El hombre le confesó a Juliana Granada, profesional de la salud que le hace seguimiento médico, que sale a la calle e incluso tiene contacto con más personas, contó ella en Semana.

“Yo no entiendo para qué me joden, si yo no siento nada. Pa’ qué cuarentena, si yo no siento nada. Yo he estado saliendo a donde mi familia, mis amigos y a hacer deporte”, le respondió el paciente a la médica, en una de las consultas telefónicas.

Ante esa cínica respuesta, la medica relata en la revista que le pidió al contagiado el contacto de las personas con las que se reunió y, aunque de mala gana, él se comprometió en conseguirlo y dárselo más tarde.

Así fue que Granada lo llamó 6 horas después, de acuerdo con el medio, y escuchó música a todo volumen, por lo que le pidió al paciente que le bajara para que la pudiera escuchar. “Claro, bájele, bájele”, le dijo el hombre a alguien más, según la médica.

La profesional le solicitó la información de las personas con las que estuvo, narró la galena a Semana, pero este dijo que no la había conseguido.

Ante la irresponsable actitud del paciente, Granada le informó que iba a notificarle a la EPS y a la Secretaría de Salud de los incumplimientos que él había cometido, pero le dio poca importancia.

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Para la médica es frustrante intentar cuidar a las personas, y que sean ellas mismas las se expongan a peligros y de paso arriesguen a los demás, dijo en el medio.

Según ella, la gente aún no dimensiona los alcances que esta enfermedad puede tener, y no acatan las medidas.

Sin embargo, estas irresponsables actitudes son sancionadas por las autoridades.