El hombre, señalado de ser el jefe de finanzas del frente ‘Édgar Grimaldo’ del Eln, de acuerdo con el periodista Gustavo Gómez, que fue quien difundió el video, se dirige angustiado a los uniformados que lo atienden y se desarrolla una conversación humana y a la vez ejemplar por parte de los soldados.

—Muchachos, le doy gracias a Dios que no me mataron —les dice el guerrillero herido a los soldados—. Les doy gracias a ustedes, muchachos.

—Me está doliendo mucho la cabeza —agrega, quejándose.

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—Ay. Muchachos, ¿les puedo hacer una pregunta? —les pregunta.

—Sí, dígame —Responde uno de los militares que lo atiende, secamente, pero con amabilidad.

—¿Ustedes tienen hijos? —pregunta el guerrillero.

—Sí, claro.

—¿Ustedes no quisieran que nada les pasara a sus hijos, cierto? —vuelve a preguntar el herido—. Yo tengo mis dos hijos que me aman y me esperan, muchachos.

—Todos los padres amamos a nuestros hijos —le dice uno de los militares en un tono casi afectivo.

—Eso es así. Yo sé que sí —agrega el guerrillero—. Muchachos, me está doliendo mucho la cabeza.

—Tranquilícese, por favor —le pide con respeto el militar.

—No me dejen morir, muchachos. Ay, señor —insiste adolorido y preocupado el insurgente.

—Tranquilícese que ya le están prestando los primeros auxilios —lo sigue calmando un soldado.

—Muchachos, pero no me dejen morir, por favor —ruega de nuevo el herido.

Después, las imágenes muestran cómo se prepara su traslado para que reciba atención especializada.

El video en conjunto muestra el sentido de humanidad de los militares frente al enemigo reducido: una rigurosa aplicación del derecho de la guerra conocido también como Derecho Internacional Humanitario.