Durante cuatro horas, el joven, hoy de 23 años, respondió las preguntas que se le formularon en el juicio contra Amanda Azucena Castillo, que para el 2014 ejercía como directora de esa institución en el norte de Bogotá.

En la diligencia dejó claro que él y Sergio Urrego, así como sus familias, padecieron la homofobia de Castillo y que los actos de la mujer condujeron a la muerte de su expareja, el 4 de agosto de 2014.

En primer lugar, Danilo Pinzón indicó que la rectora obligó a sus padres a radicar un derecho de petición para señalar a Urrego de acoso sexual, bajo la amenaza de que si no lo hacía, no podría terminar su último año y quedaría desescolarizado.

Es confirmó lo que días antes había testificado también su padre, Henio Pinzón, y que recogió El Espectador:  “En ese momento no entendía que había pasado. Nunca el acoso sexual se había nombrado en las reuniones, así que antes de radicarlo le añadí la palabra ‘presunto’, porque sabía que era algo grave. Tenía miedo porque no sabía cual iba a ser el destino educativo de mi hijo, pues si no radicábamos el documento no podíamos seguir con el proceso”.

El documentó quedó radicado y el día en que Urrego acabó con su vida, al señor Pinzón le notificaron que el caso se había transformado en una denuncia penal por acoso sexual. Días después, Henio y Danilo Pinzón acudieron a una citación ante la Fiscalía de menores y allí el joven, que para ese momento tenía 16 años, le dijo al fiscal que la relación había sido consensuada.

“La relación fue consentida y respetuosa. Era una relación autónoma por parte de ambos”, enfatizó Danilo en el juicio.

Finalmente, el proceso no prosperó porque Urrego ya se había suicidado y en el Tribunal de Cundinamarca se precluyó “porque la denuncia era inapropiada”.

Al respecto, en el testimonio recogido por el Canal Institucional, Danilo dijo en la audiencia:

“Hoy no repetiría esto solamente por continuar mis estudios. No dejaría ni que mis padres ni me permitiría a mí mismo aceptar nuevamente esto porque al final esto fue una herramienta de la señora Amanda Azucena para lastimar a la familia de Sergio, para lastimarlo a él y para lastimarme a mí. algo totalmente inválido lo que hizo ella”.

El joven, testigo clave del proceso contra Castillo, señaló que ella insistía en tener ese documento para separarlos como pareja, que sus familias “se enemistaran” y hubiera un conflicto entre ellos.

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Pero eso no fue todo, los estudiantes también fueron presionados sistemáticamente por la rectora hasta que los obligó a revelarles a sus padres su orientación sexual, pese a ser adolescentes y no estar preparados psicológicamente. Sobre ese y los demás episodios, Danilo puntualizó:

“Realmente la manera en lo que eso ha afectado mi vida desde ese momento hasta ahora ninguno de ustedes la va a reparar y mucho menos ella la va a arreglar. […] Decir ‘discriminatorios’ se queda corto ante lo que esa señora nos hizo por ser homosexuales“.

Y fue enfático en que sí vivieron la discriminación de las directivas del colegio por tener comportamientos normales: “Como cualquier pareja que había en el colegio, nosotros teníamos acercamiento de cogernos la mano o darnos un pico. Más allá de eso no hubo nada distinto. Lo normal que se veía en la institución con las demás parejas de diferente sexo… y eran bastantes”.

El joven añadió que tuvo varios problemas para terminar sus estudios de grado once hasta que no cumpliera con “las demandas” que la directora Castillo le imponía a sus padres, se escucha en otro fragmento de la audiencia compartido por Red+ Noticias.

Ese medio detalló que las partes a favor de Urrego, como su mamá Alba Reyes y su exnovio Danilo Pinzón, entre otras organizaciones, ven el riesgo de que precluya el proceso por las maniobras dilatorias de Castillo, acusada de discriminación agravada y falsa denuncia.

El periodista Esteban Hernández, abiertamente homosexual y defensor de los derechos de la comunidad LGTBI, compartió en un extenso hilo de Twitter otros fragmentos de la declaración de Pinzón. Aquí, parte de esas publicaciones: