La búsqueda del guerrillero se intensificó hace unas semanas, por lo que se fue a Nariño, por el río Patía, aunque allá también se vio arrinconado por “la presión” militar, el “debilitamiento de sus finanzas” y una pelea con el Eln por la pasta de coca, informó el diario.
Por eso ‘Guacho’ empezó a moverse de sitio constantemente, incluso disfrazado de señora , para acercarse más a la frontera de Ecuador, de donde es oriundo. Pero su intento de huida fue en vano porque las autoridades interceptaron sus remesas (incluían computadores Apple) con chips de ubicación, 120 celulares suyos y de su anillo de seguridad, y a un proveedor de Coca para dar con su paradero, publicó el periódico.
“Los hombres que le seguían la pista lo ubicaron en el kilómetro 85 de la vía hacia Guatal, en zona rural de Tumaco, en donde permaneció tres días. De allí salió en carro, vestido de mujer, rumbo a Tumaco”, explicó el medio, y añadió declaraciones de fuentes de la operación contra el guerrillero.
“En las requisas hechas en los lugares que frecuentaba, encontramos elementos esotéricos, riegos de santería y prendas de vestir marca Tommy, Polo y Aeropostal, que solía utilizar. Además, una cédula colombiana con la foto de él, pero a nombre de José Luis Pai Jiménez”, dijo un investigador a la publicación, mientras un oficial agregó:
“‘Guacho’ cambiaba de celular cada dos días. No permanecía en un mismo lugar más de 12 horas y se movía máximo con ocho hombres”.
Así pasaron los últimos días del señalado criminal en Nariño, hasta que las autoridades lo rodearon y abatieron el viernes, casi a las 3 de la tarde, en una vereda de Llorente, a dos kilómetros de la frontera con Ecuador.
Cabe mencionar que aparte de estos detalles, fuentes cercanas a la investigación también le contaron a El Espectador otros hallazgos sobre el historial delictivo del jefe de las disidencias de las Farc.
Por ejemplo, le confirmaron que él, al parecer, sí habría pagado una millonaria suma por parte del armamento que las Farc no entregaron tras el acuerdo de paz.
Asimismo, se determinó que el guerrillero tenía apenas dos laboratorios de cocaína, pero que producían unas 3,5 toneladas semanalmente, de las cuales gran parte iban para el cartel de Sinaloa, explicó una fuente al periódico.
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