Pese a que la situación se registró el pasado 19 de mayo, la historia hasta ahora se empieza a conocer con claridad.

Ese martes, hace dos semanas, el joven estaba en las calles del municipio con su novia, incumpliendo la cuarentena nacional, cuando se cruzó con dos agentes de policía.

Según el relato que hizo esta martes la tía del joven, Magally Arboleda, a W Radio, Anderson no dio motivos para que los policías adoptaran una actitud agresiva. Así describió el momento:

“La luz de la moto de los policías reflejó en mi ventana. Él me toca en el vidrio y me pide que le abra, cuando yo me iba bajando de la cama escuché los gritos de la novia preguntando ‘por qué le pegan’. Fui lo más rápido que pude, mi mamá salió por la puerta y se devolvió a coger algo para defenderlo y cuando yo salí ya le estaban pegando con el bolillo en la cabeza. Yo me metí y por encima de mi le metió el otro [golpe]”.

La mujer aseguró en la emisora que en esos segundos lo único que pasó fue que el policía le pidió que se entrara, y que el joven sin discutir acató la orden pero aun así los policías se abalanzaron contra él.

“Sí, estaba violando la cuarentena, el deber era o llevárselo o ponerle una multa, pero llegan es y lo golpean y lo agreden de esa manera”, agregó Magally, que dijo que allí no terminó la agresión a su familia:

“Le echaron gas pimienta en la cara y luego para adentro de la casa. Ahí estaba mi padrastro que sufre de presión arterial alta y eso le dio vómito, dolor de cabeza y mareo. Se puso muy mal”.

En ese momento llegó la mamá del joven, Claudia Arboleda, y fue quien lo acompañó a la estación de Policía a interponer la denuncia por abuso de autoridad.

Ella le contó a ese mismo medio que acompañó a su hijo pero que el comandante no les “paró bolas”. La mujer relata que su hijo llegó consciente a la estación y le hablaba al oficial que solo le contestó: “Yo a vos no te creo, ahí hay algo más porque los policías que yo tengo allá son muy decentes”.

Afirmación que la madre cuestionó: “Yo no le veo la decencia; si fueran tan decentes, no lo habían matado a golpes”.

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Claudia afirma que le pidió al uniformado que lo recibió que llamara a los policías agresores y él, aunque reconoció que sabía quiénes eran, no les iba a pedir que se hicieran presentes.

La mujer cuenta que de ida y vuelta a la estación su hijo, con algunas lágrimas en su rostro, no pronunció muchas palabras por la rabia que tenía; dice que solo le alcanzó a contar “que él estaba tocando la puerta, que ya se iba a entrar pero los policías no esperaron a que le abrieran y lo encendieron a golpes”.

Horas después de regresar de la estación, Magally afirma que Anderson comenzó a gritar que le dolía la cabeza y en ese momento solo le pusieron paños de agua tibia con vinagre. Al otro día le compró una pastilla y cuando se la dio fue la última vez que lo vio despierto. Claudia lo llevó a urgencias y más tarde falleció.

El joven alcanzó a ser remitido a la Clínica Valle de Lili en Cali, donde le hallaron un trauma en el cráneo y le diagnosticaron muerte cerebral.

Las dos mujeres aseguran que en la estación tienen identificado a los uniformados involucrados pero no los han apartado del servicio. Por eso, pidieron a la institución que los dos involucrados “dejen de ejercer porque si no van y hacen lo mismo a otro pueblo”.

Aquí el relato de las dos familiares del joven en W Radio, a partir del minuto 8:

Entre tanto, ante la divulgación del caso en medios, la Policía respondió en las últimas horas. El comandante de la Policía de Cauca, coronel Rosemberg Novoa, dijo citado por Caracol Radio que comenzará “un proceso disciplinario para atender de manera puntual el hecho y que si hay responsabilidades de funcionarios tendrán que responder en sus actuaciones”.