Escrito por:  Redacción Nación
Jun 5, 2025 - 7:28 pm

Luego de la actualización que tuvo el caso Chiquita Brands, con la apelación de la compañía luego del fallo que le obliga a indemnizar a las víctimas, el caso y sus aristas siguen evolucionando.

Esta vez habló el abogado de Víctor Henríquez Velásquez, expresidente de la empresa colombiana Banacol, la cual está vinculada por la Fiscalía en el caso.

El defensor señala que la Fiscalía ha basado su caso en testimonios contradictorios y que hay falta de pruebas sobre la participación del empresario bananero en el caso que vincula a Chiquita Brands con grupos paramilitares.

Riveros añadió que la compañía colombiana operó como una independiente financieramente, con estructura jurídica y administrativa distinta a la de Chiquita Brands, además de que los registros públicos y varios testimonios demostraron que Víctor Henríquez Velásquez nunca tuvo control, participación o conocimiento de cualquier acuerdo ilícito entre Chiquita Brands y otros actores.

“La relación de Banacol con Chiquita Brands fue meramente administrativa y de cumplimiento legal en un proceso de adquisición, nunca de complicidad criminal”, dijo el jurista.

Por último, la defensa argumenta que la relación del empresario con el caso es improbable, que no tuvo conocimiento ni participación en el desvío de recursos hacia actividades criminales, que la acusación contra él se basa en testimonios sin soporte documental ni financiero y que este extenso caso ha provocado un “daño irreparable en su vida personal, profesional y familiar, sin que se le haya demostrado culpabilidad”.

Entrevista a Juan David Riveros, abogado de empresario involucrado en caso Chiquita Brands

¿Por qué usted sostiene que la Fiscalía ha presentado pruebas débiles en el caso contra Víctor Henríquez Velásquez?

La Fiscalía ha basado su caso en una serie de testimonios contradictorios, entre ellos el de Raúl Emilio Hasbún, cuya credibilidad ha sido seriamente cuestionada no solo por sus contradicciones internas, sino también por su historial de falsos testimonios en otros procesos. Además, las pruebas documentales que pretenden vincular a Víctor Henríquez Velásquez con actividades ilícitas no superan un nivel de sospecha y nunca se comprobó ninguna participación ilícita concreta de mi cliente.

¿Qué rol juega el testimonio de Raúl Hasbún en la acusación?

El testimonio de Hasbún es el pilar de la acusación, pero carece de valor probatorio. Sus versiones están plagadas de imprecisiones, vacíos de memoria y contradicciones. En juicio reconoció no saber si Víctor Henríquez Velásquez era gerente de Banacol, no recordar reuniones específicas y no tener prueba alguna de su presunta participación.

¿Cuál es su opinión sobre el testimonio de Raúl Emilio Hasbún y su impacto en el proceso?

No es posible condenar a una persona con base en conjeturas o recuerdos vagos. El testimonio de Hasbún carece de credibilidad sólida. Presenta múltiples contradicciones, falta de detalles específicos y fue considerado falso en otros tribunales, como en el caso Dole en Estados Unidos. Un testimonio con tantas inconsistencias no puede fundamentar una acusación seria y responsable. La defensa lo desestimó como prueba confiable.

¿De qué manera usted puede demostrar que la Fiscalía intenta criminalizar hechos que no tienen sustento probatorio?

La Fiscalía ha tratado de construir un caso sobre presunciones sin respaldo probatorio concreto, apelando a testimonios cuestionables y a interpretaciones jurídicas que carecen de base sólida. En realidad, lo que denuncian son vinculaciones vagas, que no constituyen delito alguno, sobre todo cuando no hay pruebas directas que demuestren conocimiento o participación activa de mi cliente en actividades ilícitas.

Se ha mencionado que Banacol no es ni fue filial de Chiquita Brands, ¿Qué evidencia respalda esa afirmación?

Documentos oficiales confirman que BANACOL operó como una compañía financieramente independiente, con estructura jurídica y administrativa distinta a la de Chiquita Brands. Además, en los registros públicos y varios testimonios demostraron que Victor Henríquez Velásquez nunca tuvo control, participación o conocimiento de cualquier acuerdo ilícito entre Chiquita Brands y otros actores. La relación de BANACOL con Chiquita Brands fue meramente administrativa y de cumplimiento legal en un proceso de adquisición, nunca de complicidad criminal.

¿Cuál es la diferencia entre Chiquita Brands y Banacol dentro del proceso judicial?

Chiquita Brands es una empresa extranjera con sede en Estados Unidos que ya fue sancionada en su país por actividades vinculadas a las AUC. Banacol, en cambio, es una empresa colombiana independiente, y el señor Víctor Henríquez Velásquez no tenía ni tuvo ninguna participación en las decisiones corporativas de Chiquita. La Fiscalía ha pretendido confundir ambas estructuras, trasladando responsabilidades sin fundamento jurídico ni probatorio.

¿Por qué considera que las pruebas que presentó la Fiscalía sobre pagos y reuniones son insuficientes o irrelevantes?

Porque se basan en testimonios indirectos y en interpretaciones fuera de contexto, sin pruebas documentales concluyentes. La supuesta reunión en Montecasino, por ejemplo, no tiene registros ni testimonios verificables que involucren a Víctor Henríquez Velásquez, y los pagos que se alegan se hicieron en el marco de transacciones legales verificadas, no de ilícitos. La Fiscalía no logró demostrar una intención delictiva ni un conocimiento efectivo de ilícitos por parte de mi cliente.

¿Cuál es su análisis respecto a la alegación del principio Non bis in ídem en este proceso?

La Fiscalía ha intentado vulnerar el principio constitucional del Non bis in ídem [“no dos veces sobre lo mismo”] fragmentando hechos para acusar varias veces a Víctor Henríquez Velásquez por un mismo hecho. Sin embargo, esa estrategia viola la norma y la jurisprudencia ha sido clara en que no se puede juzgar dos veces por la misma conducta. La misma acusación parcial y duplicada evidencia que no hay una base sólida que haya sido perfectamente formulada.

¿La estrategia legal se basa en la prescripción del caso?

No, en absoluto. En Colombia, a todos los procesados se les había precluido el proceso en el 2012, pero la Fiscalía tomó la decisión de no precluir y ahondar en la investigación. La Fiscalía General se demoró del 2008 al 2019 para iniciar el juicio, el cual fue instalado hasta el 2023. Luego, el proceso tuvo más demoras por inconvenientes de los testigos de la misma Fiscalía. Por lo anterior, las demoras del proceso han sido a raíz de los inconvenientes y retrasos de la Fiscalía..

¿Puede la jurisdicción ordinaria colombiana reabrir el caso si aparecen nuevas pruebas?

Solo si surgen pruebas nuevas y graves, que no hayan sido valoradas en el proceso original, y siempre que no se haya consolidado la prescripción de la acción penal. Una vez prescrito, no puede reabrirse penalmente, aunque sí podrían abrirse investigaciones disciplinarias o administrativas si hay funcionarios implicados.

¿Existen diferencias entre los procesos judiciales en Colombia y en EE. UU. respecto al mismo caso?

Sí. En EE. UU., el juicio fue civil y resultó en una indemnización económica. En Colombia, el proceso es penal y busca determinar responsabilidad criminal. Además, los estándares probatorios son distintos: en EE. UU. basta con probar responsabilidad por preponderancia de la evidencia; en Colombia se exige certeza más allá de toda duda razonable.

¿Por qué cree que la Fiscalía no ha presentado pruebas nuevas en más de 15 años de proceso?

Porque no existen pruebas adicionales que confirmen la acusación. La Fiscalía ha intentado sostener el caso solo con testimonios dudosos.

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¿Quién es Víctor Henríquez Velásquez, implicado en caso Chiquita Brands?

Víctor Henríquez Velásquez es un empresario dedicado al sector agrícola desde hace más de 40 años y  vio florecer la zona bananera de Urabá. Luego de realizar sus estudios en España llegó al país en 1983 donde comenzó su oficio como empresario bananero, haciendo parte del grupo de fundadores de la C. I. Proban. En medio del conflicto armado en la región salió del Urabá en el año de 1989 por temor a la situación de violencia que se estaba generando en la zona y por la imposibilidad de continuar con el desarrollo de la actividad agrícola.

Estando en Medellín en 1996 fue nombrado miembro de la Junta Directiva externa de Banacol luego de un proceso de concordato y en 1997 se convirtió en miembro de la junta directiva de Augura. Luego de otro proceso de concordato, regresó a Urabá en el 2000 al ser nombrado presidente de dicha empresa, quedando al frente de los negocios nacionales e internacionales y de dirigir las nuevas estrategias de expansión y desarrollo para la recuperación económica de la compañía. Duró 18 años perteneciendo a Banacol.

¿Qué fue el caso de Chiquita Brands?

La compañía trasnacional bananera fue condenada por la justicia estadounidense a pagar una millonaria suma de dinero por auspiciar actuaciones de grupos paramilitares en Colombia, desde 1997 hasta 2004.

En los últimos días, se conoció que la empresa apeló la decisión del tribunal federal de Estados Unidos.

¿Qué hizo la United Fruit Company en Colombia?

Fue una empresa dedicada a la producción y exportación de banano que operó en Colombia desde los principios del siglo XX hasta la Segunda Guerra Mundial. Consolidó un crecimiento económico en la región pero tuvo conflictos laborales.

La compañía enfrentó huelgas y conflictos laborales debido a las condiciones de trabajo y salarios de sus empleados, estas culminaron en la Masacre de las Bananeras de 1928.

La United Fruit Company es la antecesora de la hoy transnacional Chiquita Brands International.

¿Dónde queda la empresa Chiquita Brands?

Actualmente la empresa tiene tres sedes:

  • Fort Lauderdale (Estados Unidos): esta es su sede central.
  • Etoy (Vaud, Suiza).
  • Santa Ana (Costa Rica).

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