La también modelo se hizo un procedimiento estético en el 2009 en el quirófano de Carrillo y desde ese momento vivió un infierno por cuenta de la aplicación del producto Hialucorp, que contenía biopolímeros que provocaron deformidades en su cuerpo.

Después de otros procedimientos médicos, Cediel logró recuperarse; pero el cirujano, que fue absuelto por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, también atravesó un difícil proceso judicial y personal del que habló con RCN Radio.

Para empezar, cabe recordar que Carrillo inicialmente fue condenado a 48 meses de prisión como autor responsable del delito de lesiones personales a título de dolo eventual. En la sentencia también le prohibieron ejercer su profesión por ese tiempo.

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A la emisora le contó que, naturalmente, lo primero que perdió fue su reputación y buen nombre, y con ello llegaron las pérdidas de su consultorio, de los equipos médicos que utilizaba, y de muchos amigos que lo dejaron solo.

Luego de tener que entregar el consultorio por el que pagaba un arriendo de 6 millones de pesos, tuvo que pasarse a un “sitio donde alquilan consultorios por horas” porque ya no tenía tantos pacientes, al menos no de la farándula pero si unos pocos amigos que le daban “ánimo e intentaron hacer uno que otro tratamiento”.

Carrillo le contó a la emisora que también hubo algunos problemas en su familia por cuenta de la enfermedad de su madre, a quien ya no tenía cómo pagarle tratamientos y medicamentos, también porque su padre falleció y su familia dependía de sus ingresos.

Sin embargo, relató que en su interior tuvo otro proceso más complicado:

“Psicológicamente uno va hacia la profundidad. Arrancó eso y después no hubo forma. Es como si uno se estuviera ahogando y no logra cogerse, agarrarse de algo para salir. Me iba profundizando, el dolor era cada vez más grande, era un dolor del alma. Y fuera de eso la crisis económica fue brava. Yo tenía equipos y los equipos son muy costosos. Yo era famoso, pero en realidad uno es famoso pero le debe todo al banco. Yo tenía deudas de equipos costosísimas y viene todo el reporte de las entidades financieras, vienen los acosos de los bancos; por un tema de impuestos terminé con un embargo de la Secretaría Distrital de Bogotá. Al caído, caerle, y cayeron muchas cosas”.

Dijo también que cada vez era más difícil levantarse por lo mediático del caso y eso no le permitía “volver a arrancar”. “Para un médico es muy difícil trabajar sin su nombre, que es lo que le da su prestigio como buen médico. Como ser humano, haber sido catalogado de engañar a alguien, era una carga muy dura”, puntualizó.

El cirujano señaló que como no podía ejercer como médico tenía que buscar otras opciones para sobrevivir y se dedicó en parte al arte y a leer otros temas como la depresión, porque su psiquiatra le pedía mantener la cabeza ocupada. Por eso pensó opciones de estudio:

“Busqué un máster en Barcelona por internet: Online Reputation y Community Management. La reputación en línea, cómo manejarla y el tema de redes sociales. Estudié eso y les mandé una oferta a mis colegas de hacerles sus redes sociales, hacerles la imagen, subir un contenido en las redes sociales y así empecé como a subsistir”.

En cuanto al proceso judicial, el médico contó que fueron cerca de 120 millones de pesos en abogados y que los pocos amigos que le quedaban lo ayudaron, pero también tuvo que vender a muy bajo precio los equipos médicos que utilizaba. Instrumentos que sobrepasaban los 100 millones los vendió en 9, contó.

Poco a poco pudo resurgir y ahora con la absolución puede volver a pensar en retomar su actividad como médico:

“No es fácil y no es algo que se puede hacer de la noche a la mañana. Me toca trabajar mucho en la recuperación de mi nombre. También recuperar un poco la confianza en mí mismo, que a raíz de tanta cosa uno se destruye mucho por dentro y desconfía de uno, se siente inseguro. Recomponer un poquito mi autoestima profesional y volver”.

Al final, dice que ha logrado sanar y ha sido un proceso de calma y tranquilidad. Dice que ha vuelto a ser feliz y en eso lo ha ayudado la decisión que, al menos judicialmente, deja su nombre limpio. Además, agradeció “haber tenido la firmeza” para no suicidarse, pese a haberlo pensado, y para no cometer otros errores.