
Los habitantes y comerciantes de la Plaza Fundacional de Usaquén, ubicada en el norte de Bogotá, enfrentan una situación complicada debido a las obras de renovación que se han extendido más de lo previsto. Inicialmente, se esperaba que el proyecto concluyera en 2023, pero diversos retrasos han alterado los planes, afectando la cotidianidad y la economía local.
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El proyecto de remodelación, que comenzó oficialmente el 6 de diciembre de 2021, prometía transformar las vías y el espacio público de este histórico sector de Bogotá, cuyos orígenes datan de 1539. El consorcio RGH 2021, encargado de la obra, tenía como tarea principal mejorar la infraestructura vial y peatonal y preservar el patrimonio cultural del área; sin embargo, a la fecha, el avance ha sido mínimo y los problemas se han acumulado.
Cómo están avanzando las obras en Usaquén
La suspensión del contrato con el consorcio RGH se dio después de que el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) impusiera una sanción debido al incumplimiento de los plazos establecidos. Hasta enero de 2024, el avance reportado era apenas del 31,62 %, muy por debajo de lo programado. Esta situación ha desatado un entorno de obras permanentes que dificultan el acceso a los negocios y residencias de Usaquén, como describen varios comerciantes del área, según informó El Tiempo.
Uno de los principales obstáculos que surgieron fue el hallazgo de piezas arqueológicas durante las excavaciones, lo que añadió una capa adicional de complejidad al proyecto. Según reportes del IDU, se encontraron más de 92.245 piezas de relevancia histórica, incluyendo elementos de las épocas colonial y republicana, de acuerdo con el impreso.
Este descubrimiento obligó a hacer labores arqueológicas meticulosas para garantizar la preservación de estos artefactos, lo que retrasó aún más los trabajos. El director del IDU, Orlando Molano, expresó su preocupación por los retrasos y aseguró que el instituto estaba trabajando para resolver los problemas, según el citado diario.
“Ofrecemos disculpas por los inconvenientes y los retrasos y estamos comprometidos a avanzar en las obras para mejorar la calidad de vida de los bogotanos”, declaró Molano. A pesar de los esfuerzos del IDU y del consorcio, los comerciantes de la zona están desesperados.
La prolongación de las obras ha tenido un impacto directo en sus ventas y muchos temen tener que cerrar sus negocios. “Desde que empezaron las obras los clientes ya no quieren venir”, comentó Ramiro Camacho, propietario de una pizzería en la zona, de acuerdo con el rotativo.




Las autoridades han impuesto varias multas al contratista por los retrasos, sumando un total de 7.347 millones de pesos en sanciones. Además, se están considerando dos escenarios para el futuro del proyecto: terminar el contrato con el consorcio actual o modificarlo para permitir la continuación de las obras con nuevos términos.
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