En ese hecho murieron tres mujeres, una de nacionalidad francesa, y nueve más resultaron heridas.

El ataque fue atribuido al Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP), que el 17 de junio hacia las 5:00 de la tarde detonó un artefacto explosivo en el baño de mujeres del segundo piso.

Por el ataque fueron capturados 10 jóvenes que están en juicio respondiendo por delitos como concierto para delinquir, terrorismo, homicidio agravado, homicidio agravado en tentativa, falsedad material en documento público y fabricación de explosivos y armas de fuego. Estas personas pagarían alrededor de 30 años en las cárceles de El Buen Pastor y La Modelo, donde están recluidos actualmente.

Entre tanto, Violeta Arango, responsable de la parte ideológica y operativa de las actividades de ese movimiento, según la Fiscalía, es la única persona investigada por este caso que se encuentra prófuga de la justicia, y también es buscada por la Interpol.

El MRP además es señalado de ser al autor de otros nueve atentados en diferentes puntos de Bogotá y Pereira en los últimos dos años.

Los otros atentados, se cometieron por diferentes grupos armados contra integrantes de la Fuerza Pública, en su mayoría, también contra la población civil y estructuras petroleras.

Contra estaciones de Policía o bases militares:

Varios ataques atribuidos al Eln, a reductos del Epl, e integrantes del ‘clan del Golfo’ en Antioquia, Cesar, Norte de Santander, Cauca, Córdoba, Arauca, entre otros, dejaron saldos preliminares de de 10 integrantes de la Fuerza Pública muertos (8 policías y 2 soldados), 27 heridos (19 policías y 8 soldados), un civil muerto, y otro más herido.

Atentados del Eln

  • Esta guerrilla atacó más de 50 veces contra el oleocuto Caño Limón-Coveñas a lo largo del año, en varias zonas del país y municipios de Norte de Santander, Arauca, Boyacá, entre otros. Varios de los atentados afectaron a la población civil, en algunas ocasiones dejó a miles de familias sin agua y muchas personas fueron evacuadas de las zonas cercanas. Adicionalmente, causaron preocupantes desastres ambientales en esas zonas.
  • El Eln también fue responsable de detonar un explosivo en el sector de La Macarena, centro de Bogotá, el 19 de febrero. El patrullero de la Policía Albeiro Garibello Alvarado murió tres días después del ataque que dejó un saldo de 25 uniformados heridos, 1 muerto y 4 civiles lesionados.
  • Uno de los casos más criticados fue el asesinato del gobernador indígena del Chocó Aulio Isarama Forastero. El Eln inicialmente dijo que había muerto en un enfrentamiento, pero el dictamen de Medicina Legal determinó que fue asesinado por la espalda y en estado de infensión. Esta muerte además se registró en medio del cese de hostilidades que esta guerrilla acordó con el Gobierno en los diálogos de paz que adelantan en Quito, Ecuador.
  • El gobernador de Norte de Santander, William Villamizar, salió ileso de un atentado del Eln en el que atacaron a tiros la caravana en la que se movilizaba por la zona rural del municipio El Carmen. Adicionalmente se reportó una explosión, pero la onda no hirió a nadie.
  • Alfredo Guzmán exalcalde del municipio de Tame, Arauca, resultó herido en un atentado del Eln en su casa. Guzmán recibió un impacto de bala en la cadera y otro en el abdomen. Según el Centro Democrático, partido de Guzmán, esta es la quinta ocasión que se atenta contra Guzmán, a quien testigos han vinculado con paramilitares de ultraderecha.

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Población Civil

  • En octubre 7 campesinos personas y un número indeterminado de heridos dejó un enfrentamiento entre campesinos y la Fuerza Pública en Tumaco. Las diferentes versiones de los confusos hechos no ha permitido determinar realmente qué pasó, pues el Gobierno lo atribuyó a disidencias de las Farc y los campesinos señalaron a los policías. El hecho está en investigación para establecer cómo y por qué murieron estas personas.
  • El 11 y 18 de febrero, una casa en la que residen ciudadanos iranís sufrió dos atentados. Días después, se conoció que la víctima, Jalal Pourmousa, se separó de su pareja y la mantuvo como socia, pero ella no estaba satisfecha con las decisiones de negocio, su participación o ganancias, y contrató una banda criminal que tenía contactos para el suministro de insumos para hacer las bombas en el Magdalena Medio.
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