En el primer día de aislamiento obligatorio en Bogotá las calles estuvieron desoladas y fue notable la falta de actividad en toda la ciudad. Por primera vez en décadas, la capital de Colombia no registró ni un solo trancón en ninguna de sus vías.

Tampoco hubo congestión en estaciones de Transmilenio, filas interminables en los bancos o las escenas que se han hecho habituales por estos días de compradores ansiosos abarrotando los supermercados y desocupando las estanterías por compras de pánico.

Las imágenes de Bogotá en el primer día del simulacro de aislamiento para detener la expansión del contagio del COVID-19 no son comparables ni siquiera con días en que la ciudad tradicionalmente luce deshabitada, como lo es en el primero de enero.

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Y es que lugares tan congestionados como el centro de Bogotá lucían hoy sin el habitual flujo de transeúntes y sin vendedores ambulantes. Durante un recorrido por la ciudad, Pulzo pudo comprobar que en la Plaza de Bolívar sólo había palomas, que se quedaron esperando quién les diera alimento.

En algunos sectores de la ciudad, como Chapinero, los habitantes salían por las ventanas, balcones y terrazas para saludar a los gritos a sus vecinos y preguntarles cómo estaban pasando el día. Por lo visto, y sobre todo por lo que no se vio en las calles, la enorme mayoría de gente se quedó en casa.

Desde las 7:00 p.m. está en curso una convocatoria, hecha a través de redes sociales, para realizar una “aplaudatón” en homenaje al personal del sector salud. Médicos, enfermeras, analistas de laboratorio y otros valientes de la primera línea de combate a la epidemia recibirán un merecido aplauso.

Los héroes de bata blanca son de los pocos que no se quedaron en casa, pero es por el bien de todos.