Con el nuevo apagón se demuestra que aún no se ha corregido por completo la falla que, de acuerdo con denuncias del Gobierno de Nicolás Maduro, se debe a un “sabotaje” orquestado por la oposición, con la participación de Estados Unidos.
Durante las 22 horas que estuvo sin energía el país, los ciudadanos debieron acudir a baterías de carro para recargar sus celulares y poderse comunicar con sus familiares y amigos.
Pero lo peor es que en clínicas y hospitales, el apagón ha cobrado víctimas, como Marielsi Aray, que a sus 25 años murió en la madrugada de este viernes luego de que los equipos que la mantenían respirando en el Hospital Universitario de Caracas se detuvieron por un apagón generalizado, que agravó una situación sanitaria ya crítica por la falta de insumos y medicamentos.
Su tío, José Lugo, llora afuera del edificio de 11 pisos mientras espera que le entreguen el cuerpo. “Los médicos trataron de reanimarla de forma manual, pero se descompensó y murió a las 2 de la madrugada”, dijo.
Para entonces, sumaban 8 horas de apagón en casi toda Venezuela, el más grave registrado hasta ahora en un país donde son frecuentes los cortes de luz, que el gobierno de Nicolás Maduro achaca a una “guerra eléctrica”, mientras que expertos los atribuyen a falta de mantenimiento e inversiones en la infraestructura.
Desde el momento en que se fue la electricidad fallaron las máquinas de respiración asistida de la unidad de cuidados intensivos donde Marielsi fue ingresada por una infección.
“Los médicos trataron de ayudarla bombeando de forma manual, ellos hicieron todo lo que pudieron, pero con esta falta de electricidad ¿cómo hacen ellos? Su novio y varios amigos la bajaron por las escaleras en la camilla” ante la falta de ascensores, contó Lugo.
A las afueras del Hospital Universitario, donde el pasado 12 de enero murieron dos pacientes también durante un apagón, Gisela Cote espera noticias de su hermana ingresada en la emergencia desde la mañana.
“Ella sufre de mieloma (un tipo de cáncer en los huesos) y tuvo muchos dolores por la noche, pero no la pudimos llevar al hospital por el apagón, por eso tuvimos que esperar que amaneciera”, relató Cote, habitante de Petare, la favela más grande de Venezuela.
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