Hasta hace tan solo algunos años, los precios del petróleo “ocultaron los costos de las políticas analfabetas del régimen”, señala The Economist en su editorial de abril. Ahora, prosigue, la pandemia terminó agravando una situación que ya venía siendo crítica por la depreciación gradual del crudo y su desplome definitivo por la situación actual.
“Las remesas de venezolanos que viven en el extranjero están disminuyendo. Las exportaciones de oro e incluso narcóticos se estancan”, añade la publicación, señalando que el coronavirus hará que la contracción de la economía venezolana sea del doble de lo esperado para este año.
Con semejante panorama, ese medio señala que el hecho de que el gobierno de Estados Unidos acusara a Maduro de “narcoterrorismo” y ofreciera millonaria recompensa por él, a finales de marzo pasado, pudo haber “torpedeado” los tímidos pero luchados esfuerzos de acercamiento que se venían consiguiendo por parte de la oposición, usando la COVID-19 como motivación para buscar un diálogo y la conformación de un gobierno de unidad.
Para The Economist, incluso figuras republicanas como el senador Marco Rubio habían expresado su temor de que así fuera: “Le preocupaba que revelar los cargos socavaría los esfuerzos para persuadir a los asociados de Maduro, incluido el ministro de Defensa, de traicionarlo”, escribe.
Además, la publicación reconoce que “muchos observadores sospechan que a la administración Trump le importa menos desalojar a Maduro que ganarse a Florida, hogar de muchos exiliados venezolanos y cubanos, en las elecciones presidenciales estadounidenses de este año”.
Es ahí que el gobierno estadounidense hizo una propuesta que es casi una rama de olivo después de las acusaciones, que incluso implicaron la movilización de buques al caribe, supuestamente para controlar las actividades de narcotráfico en la región. Si Maduro y el líder opositor Juan Guaidó accedieran a apartarse, “se levantarían las sanciones estadounidenses, lo que ayudaría a Venezuela a enfrentar la pandemia”, dice el editorial, pero reconoce un punto débil: “Nada en el plan del Departamento de Estado le ahorra a Maduro la amenaza de extradición si pierde el poder, como seguramente lo haría en una elección libre”.
Ese medio también habla del impacto de la pandemia en Venezuela, señalando que, aunque los datos que el régimen ha filtrado sobre contagios y víctimas del virus no son tan graves como los de otros países, es bien conocido que las autoridades venezolanas son proclives a manipular las cifras.
Además, diversos estudios demuestran que la situación sí puede ser peor de lo que trasciende: “El Índice de Seguridad Sanitaria Global, que fue desarrollado por la Unidad de Inteligencia de The Economist, clasifica su preparación para una epidemia en el puesto 176 de 195 países”, sostiene.
Bajo estas circunstancias, “la amenaza de COVID-19 solo puede crecer”, concluye el magacín.
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