La forma de caminar de un niño puede decirle mucho al médico sobre su salud y desarrollo. Pero la transición de un niño tambaleante a un adolescente pavoneándose no es tan universal como se podría pensar.

Varios investigadores han señalado que el origen del niño puede influir en su forma de andar. Hasta los 7 años de edad, los pasos que dan suelen coincidir con la coordinación del caminar de un adulto, sin importar su procedencia, según la mayoría de estudios.

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Un nuevo estudio realizado en Japón demostró que los niños del país no muestran esos movimientos de rotación de la cadera a medida que se van desarrollando. Varios investigadores han descubierto que la longitud de sus pasos, así como las zancadas, también son más pequeñas. Sin embargo, su cadencia es más rápida que la de niños más pequeños.

“Creemos que las diferencias en el estilo de vida, la constitución y los factores culturales afectan a la forma de andar de los niños japoneses”, señaló Tadashi Ito, científico de la Universidad de Nagoya, en Japón.

Más sobre el estudio de los niños japoneses

  • El estudio lo realizó un grupo de investigadores del Departamento de Ciencias de la Salud Integradas de la Universidad de Nagoya, y del Centro Médico y de Rehabilitación para Discapacidades del Desarrollo Mikawa Aoitori de la prefectura de Aichi.
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  • Al informar sobre sus hallazgos en Scientific Reports, el grupo descubrió que la forma de andar registrada de los niños de la escuela primaria japoneses difería según la edad. 
  • Según cuentan, aunque los patrones de marcha y los parámetros de marcha de los niños japoneses típicos de 6 a 12 años son similares a los de los niños de otros países desarrollados, su desarrollo es diferente.

Foto: Filiz Elaerts, vía Unsplash