En Estados Unidos hay conmoción por una particular atracción que se está volviendo muy popular por estos días y que tiene que ver con terror. Se trata de una casa embrujada que está invitando a sus clientes a que se animen a recorrerla y, si logran cruzar todas las áreas de la vivienda, podrían recibir un incentivo económico. 

“Usted realmente no quiere hacer esto”, es el lema de la tenebrosa casa que ha sido calificada como la atracción más aterradora de todo Estados Unidos. El nombre de la vivienda es McKamey Manor, está ubicada en Summertown, en el estado de Tennessee y ha sido catalogada como una ‘cámara de tortura’. 

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Tan tenebrosa es la casa que incluso existe una petición en la plataforma ‘Change.org’ para pedirle al Senado de Estados Unidos que ordene cerrar la vivienda por el miedo que produce. El negocio es administrado por el veterano de marina, Russ McKamey. 

De hecho, en la página web de la casa aclaran que no es la típica mansión del terror de los parques de diversiones, sino que es una experiencia totalmente inmersiva en donde el visitante será el protagonista de una película al mejor estilo de la película ‘Tarantino’.

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El susto es tal, que el mismo dueño ha prometido en su plataforma que la persona que sea capaz de llegar al final del recorrido se ganará un premio económico de 20.000 dólares (cerca de 100 millones de pesos colombianos a cambio de hoy). Pese a la tentadora oferta, nadie hasta el momento ha podido cumplir con el objetivo. 

Lo que más desconcierta es los riesgos a los que se verian sometidos los aspirantes, pues antes de entrar deberán firmar un documento de 40 páginas en el que reconocen que podrían sufrir daños psicológicos o físicos, además de cumplir con un examen físico que demuestre que no han consumido sustancias psicoativas o alcohólicas. 

Al ingresar, deben acordar una palabra de seguridad con los guías y el dueño de la casa, pues en el interior se encontraran con un recorrido personalizado, ya que los miembros de la casa previamente se han encargado de indagar sobre lo que le causa miedo a la persona que hace la visita. Ya sea fobias, miedos o traumas, por lo que deben sobrevivir a sus propios temores. 

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Deberán pasar por lagos llenos de caimanes, caminos con abejas e insectos y exponerse a que les disparen con pistolas de ‘paintball’. Una vez superado esto, se encontrarán con la puerta de la casa y allí deberán firmar el documento de 40 páginas, que además le aclara a la persona que se puede encontrar con experiencias cómo afeitarle la cabeza, quitarle las uñas, hacerle comer bichos o exponerlo a temperaturas extremas.

El recorrido está pensado para durar máximo 10 horas, pero según lo que cuenta el veterano dueño del lugar, una persona promedio sólo aguanta ocho minutos.