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Escrito por:  Fredy Moreno
Editor jefe     Feb 5, 2024 - 10:25 am

No habían acabado las elecciones de este domingo en El Salvador cuando el presidente de ese país, Nayib Bukele, que se apartó del cargo por un tiempo para buscar la reelección, ofreció una rueda de prensa. El hecho rompió la tradición de este tipo de certámenes democráticos, en los que los candidatos solo se pronuncian cuando los escrutinios van muy avanzados o ya están consolidados.

(Le interesa: Nayib Bukele se declara reelegido como presidente de El Salvador; según él, arrasó)

Pero Bukele, fiel a su estilo, se adelantó, sintiéndose ganador en El Salvador. Era natural que todos los medios, nacionales e internacionales, asistieran a su convocatoria. Pasaron por encima del hecho de que estaban siendo usados por el mandatario pues lo visibilizarían antes de que los puestos de votación cerraran, lo cual podría incidir todavía en la decisión de muchos electores.

Bukele no solo se caracteriza por su mano de hierro contra la delincuencia, algo que le ha dado reconocimiento internacional. También es un expublicista que conoce muy bien los vericuetos de la comunicación de masas y el mundillo de los medios de comunicación. Eso está en la base de su éxito.

Pero ese conocimiento también lo lleva a quedar al descubierto. Por ejemplo, en la rueda de prensa de este domingo, le respondió con un ladrillazo (con dos piedras en la mano, como se dice coloquialmente) al periodista colombiano Félix de Bedout, que fue a cubrir las elecciones para Univisión.

De Bedout le hizo una pregunta sencilla y directa: “Todas las encuestas indican que usted obtendrá hoy la reelección. Incluso, se habla de una mayoría amplia. De conseguir ese resultado que se espera y que marcan las encuestas, ¿usted piensa que El Salvador necesita una reforma constitucional, y esa reforma constitucional debería incluir la reelección indefinida?”.

Nayib Bukele responde a Félix de Bedout

El presidente-candidato le respondió sin rodeos: “No creo que debería incluirla”. Pero no se quedó ahí. Vio la pregunta de De Bedout como una oportunidad de descalificar a Univisión. Aunque lo que consiguió fue dejar claro que a los gobernantes, ya sean de derecha o de izquierda, les incomodan los medios de comunicación, sobre todo cuando no son sus áulicos.

“Hay una cosa importante y que me parece curioso, y lo vi en una entrevista que realizaste hace poco y me la pasaron”, avanzó Bukele en su respuesta a De Bedout, aunque de una forma atropellada. “A mí a veces me extraña porque ustedes a su audiencia que cada vez es menos, y que creo que ya es como el 5 % de lo que era hace algunos años, pero todavía tienen alguna, y su audiencia era, y es todavía, mayoritariamente los latinos en Estados Unidos”.

“Y si tú les preguntas a los latinos, no solo a los salvadoreños, estoy hablando de los latinos en Estados Unidos: mexicanos, guatemaltecos, hondureños, salvadoreños, colombianos, peruanos, ecuatorianos, argentinos, etc., si tú le preguntas al cien por cuento de tu menguante audiencia, el cien por ciento está de acuerdo con lo que estamos haciendo acá”, aseguró Bukele, con ese aire de quien detenta el poder y sabe que lo sostendrá por cinco años más.

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El mandatario salvadoreño también le reclamó a De Bedout que “todos los reportajes de Univisión son negativos: que El Salvador está en régimen de excepción, que la gente sufre la dictadura, que el presidente se quiere reelegir inconstitucionalmente…”.

“Yo les pregunto, para quién trabajan, si su población, su ‘target’, su audiencia, nos apoya; y ustedes, todas sus notas son negativas. Si alguna nota fuera positiva y alguna negativa, pues uno diría: balance”, dijo Bukele, a manera de exigencia de equilibrio. “Pero todas las notas negativas. Yo me pregunto: ¿Para quién trabajan? Van a perder el último 5 % de audiencia y ese cheque de [George] Soros se va a acabar. Univisión va a acabar siendo una cuenta de Twitter [ahora X]”.

A este comentario evidentemente despectivo y hasta irrespetuoso, Bukele añadió otro del mismo talante desdeñoso: “Yo creo, sinceramente, es que los medios tengan un poco de balance, un poco de dignidad. Y yo entiendo que a veces, ni modo, les hacen la plana [les dan órdenes]”. Esta idea tiene un correlato en otros países en donde acusan a los medios de obedecer a los grupos económicos a los que pertenecen.

Pero al final, en su afán de mostrarse ante los medios, y en un acceso repentino de aparente sinceridad, Bukele terminó desnudándose al pedir que Univisión escuche a su audiencia, y no a él: “Creo que es importante que escuchen, no a mí, que soy un político con intereses políticos y con una versión subjetiva de la realidad”.

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