Un aire fresco recorrió este viernes los pasillos del Capitolio en Washington con ocasión de la investidura de los integrantes del 116° Congreso de Estados Unidos, integrado por un número récord de mujeres y de legisladores surgidos de las minorías.

Es el caso de Rashida Tlaib, una hija de inmigrantes palestinos que se convirtió, junto a Ilhan Omar, en una de las dos primeras mujeres musulmanas en llegar al parlamento estadounidense.

Unas horas después de prestar juramento, esta exabogada de 42 años lanzó un breve y violento discurso durante una velada de celebración.

Vamos a destituir al hijo de puta“, expresó en un video de un encuentro con simpatizantes el jueves que fue ampliamente difundido en las redes sociales y suscitó la ira de los legisladores republicanos.

El propio presidente respondió el viernes durante una conferencia de prensa a estas declaraciones “vergonzosas”.

Creo que lo que hizo fue deshonrarse a ella misma y a su familia“, dijo el presidente estadounidense. “Hablar así delante de su propio hijo (…) fue una falta de respeto a Estados Unidos”.

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¿Los demócratas respaldan este sectarismo y este odio?“, se preguntó en Twitter el pastor Mike Huckabee, exgobernador de Arkansas reconvertido en comentarista político de la cadena conservadora Fox News.

“Espero que algunas de estas nuevas caras que hicieron campaña evocando su diferencia y el cambio que aportarían, vengan aquí para trabajar con el presidente, encontrar soluciones para ayudar a los estadounidenses y no para favorecer sus propias carreras“, denunció en Fox News la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.

Cómo podrían destituir a un presidente que logró ganar quizás la más importante elección de todos los tiempos, que no ha hecho nada malo (…), que está en el origen de los dos mejores años de cualquier presidente y que es el republicano más popular de la historia del partido, con 93%”, había tuiteado más temprano Trump pareciendo responder a Tlaib, aunque sin mencionarla directamente.

La única razón por la cual quieren destituirme es porque saben que no pueden ganar en 2020, demasiado éxito”, agregó.

La nueva presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, había descartado más temprano la opción de impulsar el procedimiento de destitución.

Tlaib es una opositora a Trump de larga data, y en agosto de 2016 fue detenida delante de las cámaras mientras intentaba interrumpir un mitin de campaña cuando el actual mandatario era candidato a la presidencia.

El jueves, cuando asumió en el Congreso, Tlaib calificó a Trump como “una amenaza directa y seria” para el país, en una columna de opinión de la que fue coautora, publicada en el diario The Detroit Free Press.

Ya tenemos una abrumadora cantidad de evidencia de que el presidente ha cometido delitos castigables con la destitución“, afirmó. “Cada día que pasa trae nuevos perjuicios a la incontable cantidad de personas perjudicadas por este presidente ilícito. No podemos deshacer los traumas que él le está causando a nuestro pueblo”.

Para Tlaib, “el momento del proceso de destitución es ahora”.

No se trata solo de Donald Trump. Se trata de todos nosotros. Debemos levantarnos para hacer frente a esta crisis constitucional”, escribió en Twitter luego que Trump le respondiera, y descartó pedirle disculpas al presidente.