Estas conclusiones, publicadas el jueves en la revista Science, se apoyan en descubrimientos efectuados en Asia en los últimos 10 años, que muestran que el Homo sapiens recorrió enormes distancias en el continente asiático, aproximándose incluso a Oceanía, mucho antes de lo que se pensaba.

Los expertos llegaron a estas conclusiones tras encontrar huesos de Homo sapiens de entre 70.000 y 120.000 años en el centro de China y, además, indicaciones genéticas han revelado que hubo cruces entre humanos modernos y otros homínidos que ya existían en Asia, como neandertales y los denisovanos, primos desaparecidos del hombre.

Estos estudios han confirmado igualmente que las poblaciones no africanas actuales descienden de un único grupo en África que se remonta a unos 60.000 años.

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“Las migraciones que salieron de África hace más de 60.000 años eran probablemente pequeños grupos de exploradores, y algunos de esos movimientos migratorios dejaron leves huellas genéticas en las poblaciones humanas actuales”, explica Michael Petraglia, investigador del instituto Max Planck de Alemania y autor principal de estos trabajos.

Los científicos estiman que hoy en día los humanos, a excepción de los africanos, tienen entre 1 % y 4 % de genes neandertales en su ADN, y que los melanesios, originarios del Pacífico, tienen una media de 5% de genes denisovanos.

Todas estas indicaciones muestran que las interacciones humanas con esas dos especies, y quizás con alguna otra, son más complejas de lo que se pensaba.

“Esta colección de indicios da una imagen de las migraciones humanas que no puede limitarse a una única ola de población de oeste a este”, resume Christopher Bae, investigador de la universidad de Hawái y coautor del estudio.

Para Bae, “hay que tener en cuenta las variaciones ecológicas y las diferentes interacciones entre las diversas poblaciones de homínidos presentes en Asia a fines del pleistoceno, hace 100.000 años”.

AFP

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