Los euroescépticos de todas las tendencias triunfaron el viernes contra “la élite eurófila” y piden realizar reférendums en sus países sobre una eventual salida de la UE, como Marine Le Pen o Geert Wilders, líderes de la extrema derecha en Francia y Holanda.

Los británicos muestran a Europa el camino hacia el futuro y la liberación”,

declaró Geert Wilders, cuyo partido encabeza las encuestas para las legislativas holandesas de marzo de 2017.

“La lección es que a la Unión europea, o se la cambia o se sale de ella”, proclamó en Francia Jean-Luc Mélenchon, líder de izquierda, que combatió victoriosamente en 2005 por el “no” a un referéndum sobre la Constitución europea.

“El lado oscuro de la fuerza” 

El Brexit es de facto la concretización espectacular del éxito de los populismos.

Su avance es claro desde hace años en Holanda y Francia, dos países fundadores de la UE, en Austria, donde la extrema derecha casi logra en mayo la presidencia y en Italia donde el Movimiento cinco estrellas (M5S) acaba de ganar la alcaldía de Roma.

La elección histórica de los británicos a favor del “Brexit” es además un signo de una “revuelta de los pueblos” contra sus élites en países de la Unión europea y otros lados, como ocurre con el éxito de Donald Trump en Estados Unidos, indican expertos.

Es la explicación principal de lo que acaba de pasar: los británicos dijeron +¡No!+ a sus élites. Es una revuelta de los pequeños contra los ricos”,

analiza Dominique Moïsi, del Instituto francés de relaciones internacionales (Ifri).

Los resultados de la votación en el Reino Unido muestran las divisiones del país, en especial en Inglaterra: Londres la cosmopolita votó por quedarse en la UE; la salida fue plebiscitada en el norte industrial y en el sureste, donde el discurso antiinmigrantes tuvo éxito.

La confianza de la gente en el sistema desapareció. La UE se volvió un producto difícil de vender en el Reino Unido o en casi toda Europa”,

subraya Melanie Sully, politóloga británica residente en Austria.

Directora del instituto de investigaciones Go Governance en Viena, Sully subraya que el partido eurófobo británico UKIP “y partidos similares en otros países prosperan sobre la furia de la gente ignorada por los poderosos, a escala nacional o europea”.

Tienen la sensación de haber sido abandonados, que nada se hace por ellos, en particular en materia de inmigración o economía”,

señaló.

Ex presidente conservadora del Parlamento europeo (1999-2002), la francesa Nicole Fontaine no se muestra “muy sorprendida por la votación de las poblaciones fragilizadas”, que imputa a una “Europa enferma por su déficit democrático”.

Fuera de Europa, el fenómeno llega a países tan diversos como Filipinas, Guatemala y en especial Estados Unidos, país este último donde nadie imaginaba hace un año el triunfo del millonario Donald Trump en las primarias republicanas para la Casa Blanca.

Para Dominique Moisi, la especificidad de la UE es el rechazo del proyecto europeo”, el reproche hecho a los gobernantes sobre el “abandono de Bruselas”. Y “en Estados Unidos, ¿no acusa Trump a Obama de haber vendido el país a una organización supranacional?”, pregunta. 

Los dirigentes no comprendieron el creciente desamor de los pueblos respecto a una Europa en la que ya no se reconocen. Se hizo Europa sin los pueblos. Ahora hay que comenzar desde el principio”,

reitera Nicole Fontaine.

El presidente francés François Hollande llamó el viernes a un nuevo impulso europeo y a realizar “cambios profundos” luego de la “elección dolorosa” de los británicos, que hace temer a muchos un contagio.

“Puede haber un efecto dominó particularmente peligroso”, destacó Moisi, quien no considera “excesivo” comparar el significado histórico del Brexit con el de la caída del comunismo.

“Recuerde Star Wars: hay un lado luminoso y un lado oscuro de la Fuerza. El lado luminoso es la caída del Muro de Berlín y el lado oscuro, es el Brexit”.

Con AFP