Obama es el tercer mandatario estadounidense que visita este país desde el fin de la guerra en 1975, tras Bill Clinton y George W. Bush.

Durante tres días, el presidente se reunirá con los principales líderes políticos en Hanoi y Ho Chi Minh (antigua Saigón). Esto ha levantado una expectación especial por el posible levantamiento del embargo de armas de Estados Unidos a Vietnam, que data de 1984.

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  • Mujer de 106 años bailó junto a Obama, y le dijo que está feliz de ver un presidente negroLa Casa Blanca confirmó que Obama tratará este asunto durante los encuentros bilaterales que mantendrá mañana con el presidente de la República, Tran Dai Quang; el primer ministro, Nguyen Xuan Phuc; la presidenta de la Asamblea Nacional, Nguyen Thi Kim Ngan; y el secretario general del Partido Comunista, Nguyen Phu Trong, el hombre que más poder acumula en Vietnam.

    Estados Unidos levantó parcialmente el embargo en 2014 para ciertos artículos relacionados con la defensa marítima, un asunto clave para el régimen vietnamita por la disputa que mantiene con China en torno a la soberanía de las islas Paracel y Spratly, en el mar de China Meridional.

    Algunos analistas apuntan que Vietnam estaría dispuesto incluso a permitir la presencia permanente de tropas estadounidenses en sus aguas a cambio del levantamiento total del embargo a las armas letales.

    Sin embargo, esta medida resulta controvertida para algunos sectores de la sociedad estadounidense que no olvidan las heridas de la guerra y choca con el principal punto de fricción entre ambos países: los derechos humanos.

    Obama llega a Vietnam el mismo día en el que los vietnamitas eligieron en las urnas nuevos legisladores y jefes de los consejos populares, con una clara hegemonía de los candidatos del partido comunista en detrimento de los independientes.

    El régimen de Hanoi mantiene encarcelados a más de 100 disidentes, según la organización pro derechos humanos Human Rights Watch.

    Uno de ellos, el sacerdote católico Nguyen Van Ly, en prisión desde 2007 por difundir propaganda contra el régimen, fue liberado por sorpresa el viernes pasado, un gesto que los activistas consideran insuficiente.

    Al despliegue policial efectuado para evitar manifestaciones (prohibidas en Vietnam), se une el dispositivo preparado en Hanoi y Ho Chi Minh para recibir a Obama.

    La Casa Blanca ha desplazado un contingente de más de un millar de personas en la última semana y ha alquilado seis hoteles de la capital para preparar esta visita, según el periódico Tuoi Tre.

    Millones de vietnamitas esperan ilusionados al “hombre más poderoso del mundo”, en un país con una población joven que admira el estilo de vida americano y para quien la guerra queda muy atrás.

    Cuatro décadas después del fin del conflicto y 21 años después del restablecimiento de las relaciones diplomáticas, las secuelas de la guerra se mantienen en la agenda, especialmente la cooperación para limpiar zonas contaminadas por el Agente Naranja, pero no serán el asunto principal.

    Se espera que Washington ponga mayor acento en la economía, especialmente por el Acuerdo de Asociación Transpacífica, un tratado de libre comercio firmado por Vietnam el pasado febrero pero que aún no ha sido ratificado por el Congreso estadounidense.

    A Washington le interesa profundizar su relación comercial con Vietnam, su primer socio en el Sudeste Asiático, con un intercambio bilateral que superó los 45.000 millones de dólares en 2015.

    Hanoi también ve con buenos ojos una mayor presencia económica de Estados Unidos para contrarrestar su excesiva dependencia con China.

    Obama terminará el miércoles su viaje con un encuentro con las autoridades locales de Ho Chi Minh antes de desplazarse a Japón, donde asistirá a la cumbre del G7 y realizará una histórica visita a Hiroshima.

EFE