Además de las tradiciones, la arquitectura y la gran tecnología japonesas, los turistas están llegando a ciudades como Tokio por una nueva atracción: los ‘Owl cafes’, lugares dispuestos para que las personas, además de tomar alguna bebida, interactúen con diferentes especies de búhos.

Entre 30 minutos y una hora puede durar la experiencia según el sitio a donde se vaya. En ese tiempo, tanto adultos como niños pueden tocarlos, alzarlos e, incluso, tomarse fotos con ellos. No obstante, las condiciones de los búhos no son las adecuadas, pues son animales salvajes nocturnos que están acostumbrados a ambientes naturales y sin presencia de humanos.

Chihiro Okada, un activista del Centro de Derechos de los Animales de Tokio, aseguró al diario The Mirror que interrumpir los ciclos de sueño de estas aves, así como atar sus patas con cuerdas para evitar que vuelen, puede considerarse abuso animal.

Además, indicó que sus sentidos auditivo y visual tampoco están adaptados para soportar el brillo de las luces artificiales y el ruido de la gente al hablar. De hecho, señaló el defensor animal, que esto puede generar comportamientos autodestructivos en ellos, como arrancarse sus plumas.

Entre tanto, Rob Laidlaw, director ejecutivo de la organización Zoocheck, explicó al periódico The Guardian que esos entornos pueden causarles “estrés crónico, estados emocionales negativos y deterioro de la salud física”, por lo que los búhos también podrían desarrollar conductas violentas hacia los visitantes, tales como morderlos o rascarlos con sus garras.

Lo insólito de todo esto es que si bien las personas reconocen que los animales no disfrutan de estos lugares, manifiestan que es una experiencia única que se debe probar. Así lo dejan en evidencia diferentes opiniones de TripAdvisor:

Jason S., por ejemplo, escribió que se sintió “triste de que los búhos estuvieran confinados a una habitación pequeña”; sin embargo, aseguró que fue una “experiencia divertida”. A esta usuario le agradó que las personas que atendían sabían inglés y que, incluso, se pudiera alimentar a los animales con un pago extra.

Por su parte, Gord B., expresó que le “encantó la experiencia”, aunque fue “un poco triste ver atados así a los búhos”.

En YouTube se pueden encontrar videos de personas que han compartido sus visitas. Estos son algunos de ellos: