Janildo Oliveira Guajajara, integrante del colectivo de los ‘Guardianes del Amazonas’, fue asesinado el sábado en el territorio indígena Araribóia, en Brasil. El colectivo está conformado por indígenas del pueblo Guajajara. Según afirmó Carlos Travassos, un investigador experto en Amazonia que trabaja con el colectivo, se trata del sexto integrante asesinado.

Guajajara participó en junio en una cumbre sobre protección de la selva, organizada por Bruno Pereira, el investigador e indigenista asesinado ese mes junto al periodista Dom Phillips. En esa cumbre participaron indígenas guajajara y de los pueblos Matis, Marubo, Kanamari y Mayoruna. Allí los ‘Guardianes del Amazonas’ expresaron su temor ante las amenazas que enfrentan por evitar que los madereros ilegales lleguen a sus territorios.

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Todavía no sabemos exactamente qué motivó esto, pero suponemos que fue algún tipo de represalia. Queremos que las autoridades investiguen, pero todo sugiere que lo mataron porque era un Guardián”, señaló Travassos a The Guardian. La policía ha informado que Guajajara regresaba de una celebración indígena cuando fue atacado.

Para Travassos, el asesinato de Guajajara muestra la falta de protección gubernamental de la administración de Bolsonaro hacia los defensores ambientales.

Antônio Marcos de Oliveira, un policía retirado que les brinda asesoría a los Guardines, afirmó para The Guardian que lo que está pasando en la Amazonia brasileña, especialmente en las zonas aledañas al municipio de Amarante, “es una guerra oculta, pero es una guerra. Y es una guerra en la que estamos en total desventaja porque no recibimos refuerzos, no hay apoyo, los medios casi no informan porque no les hace nada a sus ratings… Y que yo sepa, no hay absolutamente nada de voluntad política para luchar o al menos intentar mejorar esta situación”.

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En julio, la deforestación en la Amazonia brasileña aumentó en un 32% con relación a junio, con 1.486 kilómetros devastados, la mayor pérdida de selva registrada desde enero de este año. El área perdida entre agosto de 2021 y julio de este año llegó a los 8.590 kilómetros cuadrados. En total, en 2021 se deforestaron 13.038 km cuadrados en la Amazonia brasileña. Un año antes de que Bolsonaro asumiera la presidencia, en 2018, la cifra fue de 7.536 km cuadrados.

El 99 % de la madera comercializada por el país es extraída ilegalmente de esta región. Según señaló en un comunicado Rómulo Batista, un vocero de Greenpeace, “esto es un esquema organizado, patrocinado por grandes terratenientes y acaparadores de tierras que se sienten protegidos por el deshielo de las políticas de protección ambiental y la lucha contra la deforestación que se han producido en los últimos años”.