Así lo asegura un analista en la sección de opinión de ‘The New York Times’, al describir un fenómeno que no es ajeno al periodismo colombiano.
Desde una perspectiva periodística, este modelo plantea problemas reales. Los sustitutos mantienen un estándar diferente al de los periodistas, y a menudo se les da tiempo al aire incluso cuando han demostrado no ser rigurosos con la verdad. El aporte de expertos de CNN es a menudo de valor cuestionable, como lo demuestra el panel el sábado por la noche, que en un momento consistió en una mujer y ocho hombres discutiendo la Marcha de la Mujer”,
dice Jessica Yellin.
Según Yellin, la razón principal para que este modelo se esté imponiendo es que es más barato, lo que se refleja en la rentabilidad del negocio, pues lo medios son eso: negocios.
Los informes sobre el terreno requieren equipos costosos, camiones satelitales y viajes. Con mucho menos esfuerzo, los ejecutivos de noticias pueden presentar debates polarizados y de alto drama que agudizan la indignación de los espectadores y las calificaciones a corto plazo”,
dice.
Con este modelo las empresas logran mayores ganancias. Yellin plantea como solución, poco realista, que CNN regrese a manos de dueños no corporativos, cuyo foco no sea el lucro.
Un consorcio de estadounidenses preocupados – filántropos, fundaciones, pequeños donantes de dólares – podría financiar un fideicomiso para operar una CNN independiente dedicada a noticias de interés público. Las tarifas de suscripción de los proveedores de cable y otros proveedores de servicios, junto con los ingresos por publicidad, permitirían a la red mantenerse a sí misma”,
agrega.