De acuerdo con la agencia estadounidense The Associated Press (AP), Aziz no se escondió y en lugar de eso, le arrojó lo primero que pudo encontrar, una máquina para cobros con tarjetas de crédito. Salió corriendo y le gritó: “¡Ven aquí!”.

El afgano Abdul Aziz ha sido calificado como un héroe por prevenir que hubiera más muertes durante las oraciones del viernes en la mezquita de Linwood en Christchurch, después de hacer huir al pistolero, que se alejó a toda velocidad en su carro, explica AP.

Brenton Tarrant mató a 41 personas en la mezquita de Al Noor,  luego manejó unos 5 kilómetros a través de la ciudad y atacó la mezquita de Linwood, donde asesinó a siete más.

Latef Alabi, el imán (sacerdote del Islam) en funciones de la mezquita de Linwood, dijo que el número de muertos habría sido mucho mayor en su mezquita si no hubiera sido por Aziz, indica la agencia norteamericana.

Alabi dijo que escuchó una voz fuera de la mezquita. Cuando detuvo la oración que estaba guiando, se asomó por la ventana y vio a un hombre con ropa negra de estilo militar y un casco, empuñando un arma grande. Supuso que era un policía, pero luego vio dos cadáveres y oyó al pistolero gritando groserías. “Me di cuenta de que esto era algo distinto. Este es un asesino”, aseguró a AP.

Le gritó a la congregación de más de 80 personas que se agacharan. Luego, se escuchó un disparo, una ventana se rompió y un cadáver cayó. La gente empezó a darse cuenta de que se trataba de un ataque real, relata esa agencia.

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Entonces vino este hermano. Fue tras él, y se las arregló para dominarlo, y así fue como nos salvamos”, dijo Alabi a AP, refiriéndose a Aziz.

Aziz contó que trató de distraer al atacante mientras corría hacia afuera gritando. Tarrant se devolvió a su auto para tomar otra arma, y Aziz le arrojó la máquina de tarjetas de crédito que tenía para defenderse.

El pistolero regresó disparando y Aziz se cubrió con los autos que estaban estacionados frente a la entrada, lo que impidió que el Tarrant lograra hacerle daño. Entonces, Aziz vio un arma que el sujeto había tirado. La recogió, apuntó y apretó el gatillo, pero estaba vacía.

Sin embargo, según el relato del afgano a AP, el tirador volvió a su carro por segunda vez para agarrar otra arma más y ahí aprovechó para lanzarle la pistola que había recogido.

Le rompí la ventana, por eso se asustó y se fue”, dijo Aziz. “Para Alá, no era la hora de mi muerte”.

Branton Tarrant, minutos después, fue interceptado y capturado por la policía de Nueva Zelanda.