Una de las rivalidades más antiguas dentro del Festival Vallenato tiene que ver con la disputa entre las escuelas vallenata y sabanera por conquistar el trono de la competencia de acordeones.

Desde sus primeras versiones, los músicos oriundos del Cesar, La Guajira y Magdalena han rivalizado con los de Córdoba, Bolívar y Sucre, estos últimos, conocidos como ‘sabaneros’.

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Esta confrontación la atizó en 1971 la creadora del Festival de la Leyenda Vallenata, Consuelo Araújo Noguera, quien en uno de sus escritos en el diario El Espectador dividió al vallenato en tres escuelas: el vallenato-vallenato, que comprende la música compuesta y cantada en Valledupar y la región de la antigua “Provincia”, formada por Villanueva, San Juan, Urumita, El Molino, La Jagua, Fonseca, Barrancas y otros municipios y veredas hoy pertenecientes a La Guajira; el vallenato bajero o sea la música cultivada y divulgada en las regiones de El Copey, El Paso, Rincón Hondo, Santa Marta, Ciénaga, Fundación y otras regiones del antiguo y actual departamento del Magdalena, y el vallenato sabanero o sea el que se compone y canta en las regiones de las sabanas de Bolívar y los departamentos de Córdoba y Sucre.

Tal afirmación, al parecer, ofendió a muchos músicos y gestores culturales de la región de la Sabana al punto que conocedores del tema, como el líder de la Red de Sabaneros Militantes, Edward Cortés, escribió en 2012 que esta clasificación de ‘La Cacica’ no era más que “un embeleco que solo pretendía colocar al folclor sabanero y el folclor del Magdalena Grande como apéndices del folclor vallenato”.

De la escuela vallenata-vallenata, como la denominaba Consuelo, fueron pilares: Emiliano Zuleta Baquero, ‘Colacho’ Mendoza, Lorenzo Morales, Luis Enrique Martínez, Abel Antonio Villa, por nombrar solo a algunos de los más representativos.

Por su parte, de la escuela sabanera, se destacan: Calixto Ochoa, Lisandro Meza, Aníbal Velásquez y Alfredo Gutiérrez. 

Pero después de tantos festivales con esta controversia en el medio la pregunta que surge es si aún persiste esta rivalidad vallenata-sabanera.  

Para Fredy Sierra, precisamente un acordeonero sabanero, por su origen, considera que el folclor vallenato es uno solo y que la división entre vallenato-vallenato, vallenato-bajero y vallenato-sabanero, no existe.

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“Cada quien tiene un estilo para tocar el acordeón, lógicamente que hay regiones y música sabanera y música vallenata, pero para mí el vallenato sabanero no existe”, opinó Sierra, quien se coronó Rey Vallenato en 1995 y peleará por la corona de Rey de Reyes este año.

A pesar de su origen sabanero, Sierra reconoce que su estilo está influenciado por acordeoneros como Luis Enrique Martínez y Emiliano Zuleta, precisamente, pioneros de la tierra del Valle de Upar.

“Yo aprendí a tocar el vallenato, llegaba a Valledupar y veía los hermanos López, a los Zuleta, me iba para las parrandas a aprender, y cuando concursaba y me preguntaba porqué no gané, miraba los videos, le preguntaba a la gente que sabía más que yo, caso ‘Colacho’ y ‘Emilianito’”, recalcó Sierra.

Uno de los representantes más connotados de la escuela vallenata-vallenata fue Nicolás ‘Colacho’ Mendoza.  En esta oportunidad, ese legado lo lleva sobre su acordeón Wilber Nicolás Mendoza Zuleta, su hijo.

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Para el Rey Vallenato de 2013, en sus “hombros” tiene la responsabilidad de defender el estilo que impuso, además de su padre, digitadores como Luis Enrique Martínez y Lorenzo Morales.

Me pesa esa responsabilidad en los hombros de ‘Colacho’ Mendoza, modestia aparte fue uno de los grandes y mejores acordeoneros y me toca a mí representarlo con mucha responsabilidad y orgullo”, advirtió el músico de 58 años.

POR JOSÉ ALEJANDRO MARTÍNEZ / EL PILÓN. 

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