Por: El Colombiano

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Este artículo fue curado por Leonardo Olaya   Jun 30, 2023 - 3:54 pm
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El sector de la construcción, y en particular el segmento de la vivienda nueva, está transitando por un momento retador que, en palabras de Sandra Forero, expresidenta de Camacol Nacional, ha hecho que la dinámica de ventas y de edificación haya retrocedido a niveles similares a los de hace una década.

Las cifras son dicientes. En Colombia, el inicio de proyectos de construcción, englobando los de vivienda y los no residenciales, ha disminuido un 14 %, si bien en Antioquia este índice es menor (7 %), de acuerdo con Eduardo Loaiza, gerente de Camacol Antioquia.

(Vea también: Desde $ 140 millones: las 3 constructoras que tienen apartamentos nuevos baratísimos)

Además, la misma entidad, en su capítulo nacional, reportó en mayo de este año una reducción del 66 % en las ventas de vivienda de interés social (VIS) en comparación al mismo mes de 2022.

Aun con lo anterior, sus protagonistas son optimistas de que el panorama mejore en los próximos meses, no solo por lo que la construcción representa desde el punto de vista económico y de generación de empleo (en el Valle de Aburrá son cerca de 180.000 personas ocupadas de forma directa, y en Antioquia suman algo más de 200.000), también desde el bienestar que significa para las familias tener su hogar propio, en especial las de menores recursos económicos. No en vano, siete de cada diez viviendas que se venden en Colombia son de interés social, algo que hace una década.

Así lo manifestó Sandra Forero en su introducción como moderadora del foro ¿Cómo mantener el ritmo del negocio en un momento retador?, organizado por EL COLOMBIANO este jueves 29 de junio y que contó con panelistas destacados, quienes compartieron sus puntos de vista sobre distintos temas asociados a la dinámica de la construcción.

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Eduardo Loaiza, de Camacol Antioquia, planteó que el momento es retador porque a los factores macroeconómicos externos, como las alzas en la inflación y las tasas de interés, que impactan en el comportamiento de los créditos hipotecarios, se añaden los cambios en las políticas públicas de vivienda, en particular lo ocurrido con el programa de subsidios Mi Casa Ya, que por unas nuevas condiciones no ha permitido acelerar la entrega de dichos recursos y, por tanto, ha retardado el cierre financiero de los futuros compradores.

Por su parte, Luis Felipe Henao, exministro de Vivienda en el gobierno de Iván Duque, lamentó que en el país la asignación del crédito de VIS haya caído “17 veces, es decir, 1.700 %, es decir, estamos peor que hace veinte años, pero además, esta caída en ventas significa que hemos dejado de invertir en este sector $13 billones, reduciendo un punto del PIB en generación de riqueza para el país”.

¿Y cómo va el financiamiento y los beneficios para adquirir vivienda?

Pese al panorama de la dinámica en ventas, Javier Cadena, director nacional de Vivienda del BBVA, señaló que el sistema financiero permanece “con la llave abierta” para acompañar a los colombianos que desean cumplir su sueño de comprar vivienda nueva, con una gran gama de alternativas que permiten su financiación.

“Los bancos nos hemos adaptado a la situación y a las nuevas políticas económicas y de vivienda, para ayudar a sostener la actividad edificadora”, comentó Cadena.

Entre tanto, Camilo Albán, vicepresidente de Constructores y Banca Hipotecaria en Davivienda, destacó la importancia de articular los intereses y las necesidades tanto del sector privado como del Gobierno, pues en su concepto esto es lo que le ha dado la dinámica a la financiación de vivienda en los últimos años.

“La financiación no son solo los recursos, también lo son esas políticas que nos han llevado a participar y darle la oportunidad de vivienda a una gran cantidad de colombianos. Colombia ha sido modelo de financiación de VIS y de programas de este tipo, entonces creo que hemos llegado a un tope, y a los compradores se les ha cambiado su zona de confort por unos trámites que se vuelven complicados para acceder a la vivienda”, dijo Albán.

Para Marcela Cuervo, responsable de acompañamiento en Hábitat de Comfama, reconoce que factores como las alzas inflacionarias han impactado de forma significativa la capacidad de ahorro de los hogares y, por ende, su posibilidad de acceder a vivienda, ya que les cuesta completar los recursos para una cuota inicial.

“Sabemos que vivimos en una cultura donde nos cuesta ahorrar y tampoco nos lo han enseñado, por lo cual es prioritario acompañar a las familias para que logren tener unos hábitos de ahorro importantes, más en momentos como el ahora, donde esto se dificulta, y que desde los constructores se logren tener cuotas iniciales más flexibles en sus plazos, para que las familias puedan hacer el esfuerzo”, expresó Cuervo.

La construcción, el hábitat y la planificación, ¿qué futuro hay para las ciudades?

El último bloque del foro estuvo dedicado a dialogar acerca del mejoramiento urbanístico, la infraestructura y la forma cómo la construcción viene siendo partícipe de la planificación del hábitat en las ciudades colombianas.

Al respecto, Natalia Arroyave, especialista técnica senior del Consejo Colombiano de Construcción Sostenible, opinó que en el país las ciudades han sido construidas de dos maneras: una informal, que es la que ocupa la mayor parte de sus territorios, y otra planificada, que supondría unas diferencias en su calidad de habitabilidad y su configuración urbanística entre una y otra.

Sin embargo, instrumentos como los planes de ordenamiento territorial muchas veces “no leen las dinámicas territoriales y, por eso, esa ciudad construida normalmente se aleja de esa planeación territorial, porque hay unas fallas estructurales en la concepción de los planes, donde no hay articulación conjunta con diferentes actores que participan en ese proceso, como constructores, urbanizadores, usuarios finales que son quienes en últimas marcan esa tendencia en las dinámicas territoriales de las ciudades”, dijo Arroyave.

Frente a esto, Juan Sebastián Bustamante, coordinador del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales y jefe de la Maestría en Procesos Urbanos y Ambientales de Urbam-Universidad Eafit, indicó que para ello es clave que haya un trabajo colaborativo entre los expertos del sector constructor y las organizaciones de base comunitaria, que teje confianza y ayuda a atender necesidades prioritarias a partir del urbanismo “en código de medio ambiente, regenerativo y social”, tratando de resolver brechas de desigualdad.

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