La penetración de los productos financieros en Colombia se mantiene en ascenso desde hace 10 años, según las cifras del Reporte de Inclusión Financiera 2022 divulgado ayer.

Y es que el indicador de acceso nacional, definido como el porcentaje de adultos que tenía por lo menos un producto financiero, subió de 67,2 % en 2012 a 92,3 % el año pasado. Es decir, más de 14 millones de adultos han accedido al sistema financiero por primera vez en la última década.

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El delegado Adjunto para Intermediaros Financieros y Seguros de la Superfinanciera, Juan Carlos Bonilla, destacó que en 2022 el indicador de acceso a productos financieros mantuvo su comportamiento favorable, y el porcentaje de adultos que tenía algún producto subió de 90,5% al cierre de 2021 a 92,3% en 2022. O sea, 1,2 millones de colombianos adquirieron productos financieros por primera vez, con lo que 34,7 millones de adultos contaban con un producto con el sistema financiero.

El reporte anual también mostró que el 91,3 % de los adultos estaba vinculado al sector financiero a través de una cuenta de ahorro, un depósito de bajo monto, un CDT o una cuenta corriente.

No obstante, Paola Arias, directora de la Banca de las Oportunidades, anotó que pese a las cifras es necesario seguir trabajando para atender las necesidades de financiación del 7,7 % de adultos que siguen desatendidos, unos tres millones de personas.

Las tarjetas son cada vez más usadas por los adultos vinculados al sector financiero para realizar sus transacciones, especialmente las de débito, que se emplean como medio de pago asociado a un producto de depósito.

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Al cierre de 2022 se contabilizaron 45,8 millones de tarjetas débito y 16 millones de tarjeta de crédito vigentes. En el último año el número de tarjetas débito y el de crédito crecieron 12,3 % y 2,5 %, respectivamente, indicó la directora de la Banca de las Oportunidades.

El indicador de profundización que mide el número de tarjetas por cada 10 adultos, alcanzó a diciembre, 12,2 en el caso de las tarjetas débito y 4,3 para las tarjetas de crédito. En el caso de las tarjetas débito, el crecimiento en profundización ha sido sostenido en los últimos años, mientras que para las tarjetas de crédito se mantienen niveles de tenencia similares.

La transaccionalidad observada en ambos tipos de tarjeta en los últimos años es similar. Aun cuando desde 2020 ha crecido la transaccionalidad por tarjeta, en 2022 se mantuvo en niveles inferiores a los observados antes de pandemia en tarjetas débito, mientras que en las de crédito se reportan niveles superiores con tendencia creciente.

Con tarjetas débito se realizaron 1.402 millones de transacciones en 2022: 62,6% fueron compras, y 37,4 %, retiros, por lo que en promedio se realizaron 30,6 operaciones por tarjeta en dicho año, nivel inferior a los observados en 2018 y 2019.

Ahora bien, en los últimos años ha aumentado el uso de las tarjetas débito para realizar compras, teniendo en cuenta que en 2018 representaban el 35,6% de la transaccionalidad del medio de pago. A su vez, el valor de las transacciones ascendió a $364 billones en 2022, 27,6% asociado a compras, y 72,4%, a retiros.

En el caso de tarjetas de crédito, se realizaron 447 millones de operaciones: 93% compras y 7,0% avances, alcanzando 27,9 operaciones por tarjeta en promedio en 2022.

Por tanto, aun cuando el número de tarjetas de crédito por adulto se ha mantenido estable, desde 2020 se observa un mayor uso del producto. El valor de las transacciones ascendió a $111 billones en 2022, 79,8% asociado a compras, y 20,2%, a avances.

El cupo no utilizado de las tarjetas vigentes al cierre de 2022 fue de $74 billones, aproximadamente el doble del saldo de la cartera de tarjeta de crédito.

En cuanto al valor promedio de las compras realizadas con tarjetas se ha venido reduciendo desde 2018, siendo el valor promedio con tarjeta de crédito de $212.000, monto superior al de tarjeta débito que fue $114.000, según el reporte.

A pesar de la mayor penetración en el uso de tarjetas, Arias llamó la atención en el sentido de que el efectivo sigue desempeñando un papel central para cancelar los gastos de los hogares en Colombia.

Sobre los canales digitales, como internet y telefonía móvil, también se indicó que han aumentado su participación en el total de operaciones y en valor transado en los últimos años. El mayor uso de la telefonía móvil e internet para ejecutar operaciones financieras ha desplazado el uso de otros canales, como cajeros automáticos, oficinas y datáfonos-.