Según el Dane, el 25,4 % de la población del país pertenece a la clase media, que se define por un rango de ingresos entre $ 653.781 y $ 3.520.360 mensuales.

La clase media es un concepto que se usa para referirse a un grupo social que se sitúa entre los extremos de la pobreza y la riqueza, y que se caracteriza por tener cierto nivel de ingresos, educación, consumo y calidad de vida. Sin embargo, no existe una definición única y consensuada sobre qué es la clase media y cuáles son sus parámetros para medirla.

(Lea también: Endeudarse con bancos ya no saldría tan caro: tasas de interés ilusionan con empezar a caer)

¿Qué criterios se usan para definir la clase media en Colombia?

En Colombia, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) utiliza el criterio del ingreso per cápita para clasificar a la población según su condición socioeconómica. Así, se establecen cinco categorías: pobreza extrema, pobreza, vulnerabilidad, clase media y clase alta.

Según el Dane, la clase media está compuesta por aquellas personas cuyo ingreso per cápita al interior del hogar corresponde con más de $ 653.781 y menos de $ 3.520.360 mensuales. Estos valores corresponden al año 2020 y se actualizan cada año según la inflación.

El ingreso per cápita se calcula dividiendo el ingreso total del hogar entre el número de personas que lo conforman. Por ejemplo, si un hogar tiene cuatro miembros y un ingreso total de $ 2.000.000 mensuales, su ingreso per cápita es de $ 500.000, lo que lo ubica en la categoría de vulnerabilidad.

(Vea también: Salario mínimo Colombia: por qué Petro dice que ha aumentado más que a inicio de año)

¿Cuántos colombianos pertenecen a la clase media y cómo ha evolucionado su participación?

Según las cifras del Dane, en 2020 el 25,4 % de la población colombiana pertenecía a la clase media. Esto equivale a unos 12,6 millones de personas. Sin embargo, este porcentaje representa una disminución respecto al año anterior, cuando la clase media representaba el 30,1 % de la población.

Esta reducción se explica por el impacto negativo de la pandemia del COVID-19 en la economía y el empleo del país, que afectó los ingresos de muchos hogares y los hizo descender a categorías inferiores. Así, mientras que la clase media perdió 4,7 puntos porcentuales entre 2019 y 2020, la pobreza aumentó 6,8 puntos y la pobreza extrema aumentó 5,4 puntos.

La evolución histórica de la clase media en Colombia muestra que esta ha tenido altibajos en las últimas décadas. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre 2002 y 2014 la clase media pasó del 16 % al 28 % de la población, gracias al crecimiento económico y a las políticas sociales del gobierno. Sin embargo, entre 2015 y 2018 se estancó en torno al 27 % debido a la desaceleración económica y al aumento del desempleo.

¿Qué características materiales tiene la clase media colombiana?

Además del ingreso per cápita, existen otros indicadores que permiten caracterizar a la clase media colombiana desde una perspectiva material. Algunos de ellos son:

  • El nivel educativo: según el Dane, el 37 % de las personas de clase media tienen educación superior (técnica o universitaria), mientras que el 32 % tienen educación secundaria completa y el 23 % tienen educación básica primaria completa o incompleta.
  • El acceso a servicios públicos: según el Dane, el 99 % de las personas de clase media tienen acceso a acueducto, alcantarillado y energía eléctrica en sus viviendas; el 97 % tienen acceso a gas natural o licuado; y el 87 % tienen acceso a recolección de basuras.
  • El acceso a tecnologías de información y comunicación: según el Dane, el 88 % de las personas de clase media tienen teléfono celular; el 76 % tienen acceso a internet; y el 68 % tienen computador o tableta en sus viviendas.
  • El consumo de bienes durables: según el Dane, el 71 % de las personas de clase media tienen lavadora; el 67 % tienen nevera; el 64 % tienen televisor; y el 17 % tienen vehículo propio.

La clase media es un segmento social clave para el desarrollo económico y social del país, pues contribuye a generar demanda interna, movilidad social, capital humano e innovación. Sin embargo, también es un segmento vulnerable ante los choques económicos y sociales que pueden afectar sus ingresos y condiciones de vida. Por eso, es necesario implementar políticas públicas que fortalezcan su capacidad de resiliencia y su potencial productivo.