De acuerdo con lo estipulado por la norma, para vender marihuana con fines medicinales es necesario contar con al menos uno de los seis permisos que entregan entre el Ministerio de Salud y el Ministerio de Justicia.

Bibiana Rojas, gerente general de Spectrum Cannabis Colombia, explicó a La República que “el proceso aquí es a la inversa; empieza con el MinSalud, que pregunta qué es lo que se va a vender y a quién, y luego, con el MinJusticia se resuelve qué necesita para hacerlo, cuántas plantas requiere y quién se las va a vender o cómo las va a producir”.

Por su parte, el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, señaló al medio mencionado que la determinación de legalizar el cannabis “aumenta las capacidades de Colombia como centro de investigación y desarrollo de productos terapéuticos derivados de esa planta”.

La Nación se convirtió en el cuarto país de la región en tener un marco legal para el uso de la marihuana con fines medicinales. Además, abrió la puerta a varias compañías, tanto locales como extranjeras, a migrar a este nuevo nicho de mercado.

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Inversionistas nacionales e internacionales interesados en este negocio reconocen que la legislación para el uso de la hierba medicinal está bien implementada, pues solo permite su manipulación una vez se haya sido transformado, es decir, solo tendrán acceso a los subproductos que salen del cannabis como aceites, resinas y sueros, entre otros, según indicó Semana.

La planta sirve para tratar problemas de salud como la epilepsia, la anorexia, la esclerosis múltiple y los efectos secundarios que dejan las quimioterapias, entre otros.