Uno de los pilares primordiales que posibilita el crecimiento de la economía del país es la venta de viviendas. Hoy, los beneficios para su adquisición se enmarcan en los subsidios a los que pueden acceder los colombianos para la compra en proyectos inmobiliarios.

Este tipo de subsidios son ayudas que concede el Gobierno Nacional y las cajas de compensación para comprar casa en los diferentes proyectos de las empresas constructoras. Uno de esos es Mi Casa Ya, el cual ha sido un rotundo éxito.

(Lea también: Lío en subsidios de vivienda de interés social y baratas (VIS y VIP): programas, sin plata)

Ante ese panorama, Asobancaria, hizo un análisis de impacto que ha tenido ese programa, que ha permitido que cada vez sean más los hogares con acceso a casa propia. Además, señaló los puntos clave para seguir trabajando en la política de vivienda.

Cambios a Mi Casa Ya

Asobancaria se refirió a posibles mejoras que, a su juicio, podrían potenciar el programa. Estableció cuatro frentes para fortalecer la política de vivienda y son los siguientes:

1) Seguir trabajando en la focalización de Mi Casa Ya.

2) Trabajar en alternativas con garantías subsidiadas para la población informal, de manera que tengan una cobertura parecida a la que hay con los subsidios de las cajas de compensación.

3) Expandir los programas de mejoramientos de vivienda, incluso con opciones de crédito para las familias.

4) Impulsar los programas de vivienda rural para potenciar sus resultados.

Lee También

Subsidio Mi Casa Ya: qué es y a quiénes son beneficiarios

Es el programa de vivienda con mayor alcance de la historia de Colombia, ya que desde su creación en 2015, hasta mayo de 2022, ha acompañado a 220.807 hogares en su sueño de tener casa propia.

En cuanto a la focalización de los recursos, entre 2017 y 2021, la participación de los hogares de hasta 2 salarios mínimos se incrementó del 17 % al 82 %.

Entre los requisitos para ser beneficiario se encuentran no ser propietario de una vivienda, no haber recibido antes un subsidio familiar de vivienda otorgado por una caja de compensación o el Gobierno y contar con un crédito aprobado o con una carta de aprobación de un leasing habitacional, emitida por un banco o el Fondo Nacional del Ahorro (FNA).