Según de Bedout, el problema en Colombia no fue decretar la cuarentena muy temprano, sino ser muy permisivo con las personas que tienen luz verde para salir a la calle durante estos días (43 excepciones), a las que llamó “troneras” en pleno crecimiento de la emergencia por el virus.

Aparte de los trabajadores de la salud, necesarios para combatir a la enfermedad, el Gobierno del presidente Iván Duque autorizo a las personas a hacer ejercicio afuera de casa (con niños incluidos); además, reactivó los servicios de peluquería, autorizó la apertura del comercio formal e informal, entidades bancarias, fábricas y parqueaderos, entre otros, cuando se supone que el país está en aislamiento obligatorio para frenar el avance de la enfermedad.

Para “incentivar la economía y el consumo”, el Gobierno también decretó, mientras que el país registraba más de 1.000 contagios diarios, tres días sin IVA para que los colombianos pudieran salir de sus casas a comprar, lo que muy seguramente, por culpa de las aglomeraciones, propagó la enfermedad.

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Todo esto provocó el rechazo del periodista, que recordó que la cuarentena verdaderamente estricta evitó la muerte de más de 3 millones de personas en 11 países europeos y reduco en un 82 % la reproducción de la COVID-19. “Digan que no les gusta la cuarentena, pero no afirmen que no funciona frente a una pandemia para la que todavía no hay cura”, enfatizó de Bedout.

“Claro que las cuarentenas son terribles y costosas, pero algunos parecen no acabar de entender que el mundo está enfrentando la peor crisis de salud pública desde 1918, y no un breve y sorpresivo brote de paperas como parecen imaginar”, agregó el periodita en su cuenta de Twitter.