Los vehículos hacen parte de un programa piloto que el estado de California, EE. UU., quiere adelantar y es la primera vez que ni siquiera se contempla la posibilidad de que lleven a bordo un piloto de carne y hueso como respaldo, pues no podría hacer nada, ante la ausencia de mandos, dice la agencia Reuters.
Otras ciudades del mundo se encuentran realizando pruebas con buses autónomos del mismo fabricante francés, EasyMile. Tal es el caso de París, que puso a funcionar dos buses autónomos eléctricos: “Estos vehículos representan una revolución para cada ciudad del planeta y cambiarán nuestra paisaje urbano y espacio público durante los próximos 20 años”, dijo el vicealcalde de París, Jean-Louis Missika, reporta Digital Trends.
Estos buses no necesitan rieles especiales, se detienen en las paradas del bus, esperan a que los pasajeros se bajen y se suban, y pueden andar entre el tráfico, gracias a sus sensores y automatización en el manejo.
Otra de las ciudades pioneras del mundo en este tipo de transporte es Helsinki, capital de Finlandia, donde también están rodando dos vehículos autónomos y, aunque suene raro, este país les lleva ventaja a los demás, pues en sus leyes ya existe el permiso para que un vehículo sin conductor humano se pueda movilizar por calles y carreteras, explica The Guardian.
Como es de suponer, las ciudades le apuestan a estas tecnologías por ser más limpias, baratas y porque favorecen la economía local.
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