En partido decisivo por la fecha 31 de la Superliga de Grecia, Olympiacos (equipo donde desde hace poco salió James Rodríguez) enfrentaba al AEK de Atenas (1-3), pero el juego terminó en enfrentamientos entre barras y la Policía de ese país.

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Todo sucedió cuando el equipo visitante anotó el tercer tanto que sentenciaba la victoria al minuto 91 y el presidente del Olympiacos, Vanguélis Marinakis, saltó al campo de juego a encarar al árbitro del partido para reprocharle una decisión.

Esto hizo que varios aficionados saltaran a la cancha y protagonizaran una batalla campal con la Policía que se encontraba en el recinto deportivo. Mientras que los jugadores del elenco de Atenas emprendían la huida al camerino.

Los agentes de la fuerza pública se vieron obligados a utilizar gases lacrimógenos para reducir a los ‘ultras’ blanquirrojos que lanzaban hasta objetos al campo de juego.

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Minutos después volvieron a tener el control. Hasta el momento no se reportan heridos, aunque Olympiacos podría enfrentar una fuerte sanción.