Por esa razón, la antioqueña concedió una entrevista en la mañana de este jueves en la que contó detalles de los momentos previos a cada presentación. Así le confesó a Blu Radio en qué piensa cuando se habla consigo:

“[Risas] Es que digo tantas cosas, hablo con Dios. Por ejemplo le digo: ‘Dios, no me vayas a dejar aquí metida, o Dios, ayúdame que tú me metiste en este cuento’. O ‘Vamos Negra’, casi siempre eso, ‘Vamos mi negra, vamos Cate, vamos que esta es la oportunidad’. Son tantas cosas… pero sí, me hablo porque creo que eso es algo importante, escucharme a mí misma, animarme a mí misma”.

Pero además reveló otros pensamientos que pasan por su mente cuando está a punto de emprender la carrera:

“Siempre estoy pensando: ‘Mi familia me está viendo, tengo que ser el orgullo de ellos. Colombia me está viendo, los niños me están viendo. Son tantas cosas que pasan en ese segundo que yo me meto en esa pista a realizar mi salto. Me represento, represento lo que quiero exponer. Es corto pero es mucho para mí, la oportunidad de partir del carril es un momento especial”.

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También habló sobre la gran conexión que ha tenido con el público que está en las tribunas del estadio y contó por qué pide el apoyo de los aficionados, levanta sus brazos y aplaude:

“Eso es una costumbre de muchos años, que los atletas lo hacen. Muchas lo hacen, no es original mío. Algunas lo que hacen es cambiarle el ritmo a las palmas, pero eso se usa siempre en lo que son los saltos. En el atletismo hay muchos deportistas que les gusta incluir al público en su ejecución”.

Caterine también lamentó que muchas personas que tenían su boleta y se acercaron al escenario donde está compitiendo a ver su presentación se quedaran por fuera. Les agradeció por el apoyo y lo bien que se sentía por el apoyo de tantos aficionados.

Dijo que pese a que ha estado en estadios en todo el mundo, competir en Colombia y sentir el amor de la gente la hizo sentir en casa. Por eso cogió el micrófono del organizador y les expresó, muy emotiva:

 “Para ustedes, soy yo”.

Sobre lo que alcanza a escuchar del público antes y después de cada salto, y sin ocultar su emoción, afirmó que la gente le gritaba “cosas increíbles”:

“Me gritaban: ‘Cate, te amo’ o ‘cásate conmigo’. Yo los escucho y me da risa porque ya estoy casada. Me gusta interactuar con el público y que sepan que estoy ahí, pero desarrollé la capacidad de concentrarme y respetar a cada atleta que compite contra mí. Me lo gocé enormemente”.

Caterine también dijo que después de saltar baila lo que le salga, y que puede ser hasta un revuelto raro de cumbia con reguetón.

Por último, señaló que el compromiso consigo y con el país es visualizar su carrera hasta los olímpicos de Tokio 2020; pero que pese a que tiene 34 años se siente de 15.

Este es el momento en que ganó el oro y otras imágenes de la noche del miércoles en la más reciente consagración de su carrera en los Centroamericanos de Barranquilla: