Fernando Alonso entregó luego su vehículo a Kazuki Nakajima, quien también de madrugada y a poco antes de que empezase a amanecer puso al carro TS050 Hybrid, con el número 8, en el liderato de la competencia.

El dominio de los Toyota en Le Mans fue  absoluto, lo que llevó a la marca japonesa a romper con la maldición de las 24 Horas, ya que en otras ediciones lo tenía todo para alcanzar el triunfo, que se le había escapado de las manos.

De otra parte, esta es la segunda victoria del español en el presente campeonato del mundo de resistencia (WEC), que además otorga en la carrera de Le Mans el doble de puntos al ganador.

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En cuanto a su palmarés personal, a Alonso —quien además de las 24 Horas ya ganó el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1—  solo le queda faltando el triunfo en las 500 Millas de Indianápolis para adjudicarse la triple corona del automovilismo, por la que el colombiano Juan Pablo Montoya también está luchando y para la cual le falta solo el triunfo en Francia.

El bogotano debutó en la presente edición de Le Mans y no tuvo suerte en su primer turno al volante, ya que terminó chocando con una barrera de contención:

No obstante, Montoya y su equipo pudieron reparar los daños y continuar la carrera. Al final terminó noveno en la clasificación general y quinto en la categoría LMP2.