La determinación de la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor) de reprogramar el partido entre Deportes Tolima y Millonarios, por la cuarta jornada de la Liga BetPlay 1 2023, no cayó bien en diferentes sectores. Entre ellos, una parte de la prensa bogotana, que cuestionó el proceder del ente rector tras la agresión sufrida por el volante ‘albiazul’, Daniel Cataño, quien cayó en las provocaciones.

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Y uno de los que levantó su voz de protesta y dijo que era improcedente el actuar de la entidad, es el exárbitro profesional y hoy analista Rafael Sanabria, quien -apegado a lo que dice el reglamento- rechazó que a este duelo, en el que según el elenco visitante no había garantías para efectuarlo, se le hubiera fijado nueva fecha. Y así se lo dio a conocer al presidente de la Dimayor, Fernando Jaramillo.

En el espacio de ‘F90’ de ESPN Colombia, Sanabria sentó su posición y en plena entrevista al titular del ente, le manifestó que no podía separarse el tema deportivo del disciplinario, como lo explicó el dirigente. Y dejó en claro que desde el momento en que el juez antioqueño Wilmar Roldán entró al campo de juego, tenía absoluta potestad de lo que sucediera antes, durante y después del cotejo.

Con esto desvirtuó lo dicho por Jaramillo, quien aclaró que la controversia que se generó por el golpe propinado por un hincha, Alejandro Montenegro al futbolista, quien a su vez le respondió de mala forma, ya se solucionó en el ámbito futbolístico, pues ambos equipos renunciaron a pelear los puntos en el escritorio; y, por el contrario, disputarlos en el césped, el próximo 29 de marzo (8:00 p.m.).

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“A mí me da mucha pena con el presidente Jaramillo y es que hay algo en lo que ustedes están totalmente equivocados (…) No puede ser posible que digan que en lo deportivo no pasa nada y que, como el partido no había empezado, se reprograma”, expresó Sanabria, quien le cantó la tabla a Jaramillo. Y negó que pudiera efectuarse este cotejo, pese a la voluntad de los dos elencos.

“El reglamento es claro. En la regla quinta dice que el árbitro, desde el momento en que los jugadores entran en el campo, tiene la potestad y podrá expulsar, suspender, amonestar y lo que quiera antes, durante y después de que termine. Reglamentariamente, el árbitro ya estaba en potestad y todo lo que sucediera iba en perjuicio del equipo culpable del incidente”, destacó.

Frente a este fuerte apunte, Jaramillo no se quedó callado y dio su visión del asunto. Y recalcó que, como ni siquiera rodó el balón en suelo ibaguereño, pues el amargo suceso se efectuó justo antes del pitazo inicial, se permitía llevarlo a cabo. Así como cuando no hay garantías por condiciones climáticas, que obligan a fijarle nuevas fechas a los cotejos que no puedan realizarse.

“Pero es que el partido no se jugó y no se jugó porque no existían las garantías. Pero eso no quiere decir que no se pueda reprogramar”, señaló el directivo, con lo que zanjó la polémica. Y, de paso, reafirmó que esto no significa que no vayan a producirse sanciones tanto para la plaza como para el futbolista que protagonizó este episodio; que es lo que está atado al resorte de la Dimayor.

Este jueves podrían conocerse novedades con respecto a dichas sanciones; que, a juzgar por los antecedentes, podrían estar entre dos y cuatro jornadas de sanción del estadio en el que se produjeron los hechos; y para Cataño, una suspensión que superaría las dos fechas que da la roja directa que le mostró Roldán, una vez la emprendió contra el fanático infractor. Hasta el momento, silencio absoluto.