Bogotá
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En tiempo de reposición de la primera mitad, el arquero Camilo Vargas demostró por qué es importante, tras estar como tercer arquero durante 8 años.
Los analistas de Caracol Radio discutían por qué Camilo Vargas era una mejor opción para cuidar los tres palos, por encima de Montero, por la experiencia de haber atajado para la Selección en 6 oportunidades y por estar con el equipo durante casi una década. Y no se equivocaron.
El guardameta colombiano atajó una pelota de gol en el primer tiempo y en el minuto 55 (segundo tiempo), pero su experiencia se notó cuando sacó de mano lo que se convirtió en un pasegol a Luis Fernando Muriel, literalmente con la mano, que el atacante supo parar con elegancia con el pecho, para picar hasta el otro extremo, hacer una finta, engañar al defensor venezolano, rematar con izquierda y meterla, antes de cerrar el primer tiempo.
Así, un arquero de tan solo 1,79 metros de estatura le ha dado la confianza atrás que necesita la Selección Colombia para cerrar con broche de oro el primer partido de eliminatorias.
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