Del 23 al 30 de abril se celebra la semana de la vacunación en las américas, en la que los países y las principales agencias sanitarias hacen pedagogía y conciencia sobre la importancia de esta estrategia que salva vidas.

Se ha demostrado que la vacunación mejora la calidad de vida y reduce la mortalidad desde el embarazo, luego en la niñez y hasta la adultez y, en concreto con el COVID-19, ha sido la intervención farmacológica más efectiva para reducir la mortalidad de los más vulnerables.

Pero en una visión más amplia se ha establecido que entre 1990 y el año 2020 la vacunación masiva redujo de 5,5 a 1,8 millones la mortalidad infantil por enfermedades prevenibles y cada año logra evitar entre 2 y 3 millones de fallecimientos en todo el mundo.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que las vacunas ayudaron a eliminar seis enfermedades en América Latina: sarampión, viruela, rubéola, difteria, tétanos y tosferina.

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A pesar de estos hechos, hay mitos que persisten y que con motivo de estas fechas valen la pena desmentir.

1. “La vacunación no solo protege a quien se vacuna; también a su comunidad”.

Verdadero. Cuando una persona se vacuna y adquiere inmunidad puede actuar como una barrera para frenar y prevenir la transmisión a otras personas. Esta cualidad es especialmente importante en el mundo hiperconectado de hoy, pues los patógenos pueden cruzar fronteras y causar epidemias, como lo demostró el COVID-19.

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2. “Los esquemas de vacunación son solo para los niños”.

Falso. Los bebés tienen un sistema inmunitario aún en desarrollo, y las vacunas son el método más seguro que existe para protegerlos de una docena de enfermedades potencialmente mortales, como la Tosferina, la Difteria, o el Tétanos.

Sin embargo, un gran número de vacunas están recomendadas para personas mayores. Según la OMS, la vacunación debe ser una acción para toda la vida, desde la niñez hasta la vejez, ya que los adultos tienden a ser cada día más vulnerables ante virus y bacterias que están en el ambiente y la inmunización es clave para un envejecimiento saludable y también para preservar la calidad de vida.

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3. “No se debería vacunar a mujeres embarazadas”.

Falso. Las vacunas son una parte fundamental de un embarazo saludable, pues ayudan a las madres a proteger a sus bebés y a ellas mismas de enfermedades graves. Por ello, es clave consultar a un médico para acceder a estos biológicos y garantizar la salud y el bienestar durante esta etapa.

4. “Las vacunas no son seguras”.

Falso. Las vacunas han probado ser uno de los instrumentos con perfil de seguridad adecuado y efectivos para cuidar la salud de la población a lo largo de la vida y es una de las intervenciones en salud pública más importantes de la historia de la humanidad. Además, es una de las prácticas más costo-efectivas en medicina, pues ayudan a salvar casi tres millones de vidas al año.

No obstante, es importante decir que las coberturas de inmunización contra otras enfermedades prevenibles diferentes al covid-19 han disminuido notablemente durante la emergencia sanitaria debido al temor al contagio y a la desinformación y mitos sobre la efectividad de la inmunización, por ello la importancia de exaltar el poder de la vacunación.

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Según la OMS, el número de niños menores de 1 año con esquema de vacunación completo es el más bajo desde 2009 y la cobertura global cayó de 86 a 83 por ciento de 2019 al 2020. Y en este último año 30 millones de niños no recibieron sus dosis de la vacuna contra Difteria, Tétanos y Tosferina.

5. “El programa de vacunación se muy hizo rápido y sin planeación”

Falso. Es importante decir que Colombia tiene uno de los mejores Programas Ampliados de Inmunización de las Américas y ha sido reconocido por la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Todas las vacunas que se ofrecen a través de este programa y el sistema de salud son gratuitas y protegen contra un gran número de enfermedades.