
Así como muchos hogares andan atentos al anuncio de tiendas D1 en abril, parece oportuno darle una mirada especial a la limpieza de las esponjas con una estrategia interesante y casi olvidada, pero efectiva.
Pasos para desinfectar una esponja de cocina con sal y agua caliente
Un truco casero poco común pero muy eficaz para desinfectar la esponja de cocina es usar un remojo con agua con sal. Este método es simple, accesible y bastante efectivo. La sal tiene propiedades antibacterianas naturales que pueden ayudar a eliminar gérmenes y bacterias, además de ser un desinfectante suave.
- Preparar la solución salina: en un recipiente, mezcla una taza de agua caliente (no hirviendo) con dos cucharadas de sal.
- Remojar la esponja: poner la esponja en la solución salina y deja que repose durante 15 a 20 minutos. La sal ayudará a eliminar bacterias y malos olores.
- Frotar y enjuagar: después de remojar, frota la esponja para soltar restos de suciedad. Enjuagarla con agua fría para eliminar la sal y las impurezas.
- Secar correctamente: exprimir bien la esponja y dejarla secar completamente al aire. Esto evitará que vuelva a acumular humedad y bacterias.
La sal actúa como un desinfectante natural que ayuda a eliminar bacterias, hongos y malos olores que se desarrollan en las esponjas debido a la humedad constante.
Este truco no requiere productos especiales y se puedes hacer con ingredientes comunes que probablemente ya se tienen en casa, por lo que es fácil y económico y sin necesidad de usar vinagre o bicarbonato (tan comunes para la limpieza).
¿Cuándo hay que cambiar la esponja de cocina?
Cambiar la esponja de cocina es fundamental para mantener la higiene y evitar la proliferación de bacterias. Aunque no hay una regla estricta sobre cuándo exactamente debe cambiarse, aquí te doy algunos signos y recomendaciones para saber cuándo es hora de reemplazarla:
- Cuando la esponja empieza a desgastarse: si la esponja está rota, rasgada o se desintegra, ya no es efectiva para limpiar de manera segura. Una esponja desgastada no limpia adecuadamente y puede acumular bacterias más fácilmente.
- Cuando tiene mal olor persistente: si a pesar de limpiarla con vinagre, bicarbonato o hervirla, la esponja sigue oliendo mal. El mal olor persistente es señal de que las bacterias se han acumulado profundamente en las fibras, lo cual ya no se puede eliminar con métodos de limpieza.
- Cada una o dos semanas: incluso si la esponja parece estar en buen estado, es recomendable cambiarla cada una o dos semanas. Las esponjas se llenan de bacterias con el uso frecuente, especialmente si se utilizan para limpiar alimentos crudos o superficies sucias.
- Si la esponja se vuelve rígida o pierde su forma: si la esponja se pone dura o no vuelve a su forma original después de usarla, es un indicativo de que ya no es eficiente para ejecutar tareas de limpieza. Una esponja que se vuelve rígida no limpiará bien y puede rayar o dañar superficies delicadas.
- Si se usa para tareas específicas de alto riesgo: si se usa la esponja para limpiar alimentos crudos (como carne, pescado o huevos), es importante cambiarla con mayor frecuencia. Las esponjas son un caldo de cultivo para bacterias como Salmonella y E. coli cuando se usan en superficies contaminadas.
- Cuando aparece moho o hongos: si la esponja tiene manchas de moho o hongo, es hora de tirarla. El moho puede ser peligroso para la salud y es un signo de que la esponja está demasiado húmeda y no se ha dejado secar adecuadamente, lo que favorece la proliferación de microorganismos.
- Al notar que no limpia correctamente: si ya no está removiendo eficazmente la suciedad o los restos de comida. Cuando la esponja pierde su capacidad de limpieza, es una señal de que su textura ha cambiado y ya no puede cumplir con su función.
Después de usarla, revisar que la esponja se seque completamente para evitar la proliferación de bacterias. De lo contrario, se debería cambiar más a menudo. Si es posible, ten diferentes esponjas para diferentes tareas (una para lavar platos y otra para limpiar superficies o lavar alimentos).
¿Cómo quitarle el mal olor a la esponja de la cocina?
El mal olor en la esponja de la cocina generalmente es causado por la acumulación de restos de comida, humedad y bacterias. Para quitarle el mal olor, se pueden seguir estos métodos:
- Hervir la esponja: ponerla en una olla con agua hirviendo durante unos 5 a 10 minutos. El calor mata las bacterias y elimina el mal olor.
- Usar vinagre blanco: mezclar una solución de partes iguales de vinagre blanco y agua. Colocar la esponja en esta mezcla para que repose durante unos 5 a 10 minutos. El vinagre es un desinfectante natural que elimina bacterias y neutraliza olores.
- Bicarbonato de sodio: espolvorear bicarbonato de sodio sobre la esponja mojada y frota con las manos. Luego, enjuagarla bien. El bicarbonato de sodio es un excelente desodorante natural y ayuda a absorber la humedad que provoca los malos olores.
- Microondas: humedecer la esponja (prevenir que no esté completamente seca) y colocarla en el microondas durante uno o dos minutos en el nivel más alto. calor del microondas mata las bacterias que causan el mal olor. (No usar este método si la esponja tiene piezas metálicas).
- Leche: sumergir la esponja en un recipiente con leche y dejarla reposar durante una hora. Luego, enjuagarla bien. La leche puede ayudar a neutralizar los olores y las bacterias.
- Jabón desinfectante: lavar la esponja con un jabón desinfectante o con detergente de platos que tenga propiedades antibacterianas. El jabón elimina la grasa y la comida atrapada, ayudando a reducir los malos olores.
- Dejarla secar bien: después de usar la esponja, exprimirla bien y dejar que se seque completamente al aire. La humedad constante en la esponja favorece la proliferación de bacterias, lo que causa mal olor.
- Reemplazo periódico: cambiar la esponja con regularidad, cada una a dos semanas, especialmente si está muy usada. Las esponjas se desgastan y acumulan bacterias con el tiempo, por lo que es importante reemplazarlas para evitar malos olores persistentes.
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