Desde ahora está siendo más valorado tener un estilo de vida saludable, con una buena alimentación y actividad física, que permita, entre otras cosas, que el sistema inmunológico se mantenga fortalecido.

Existen diferentes factores que influyen en tener un buen estado de salud. Algunos, como los genéticos o los hereditarios, no podemos modificarlos. Pero existen otros, como la alimentación y el estilo de vida, que si pueden ser intervenidos para que nuestro organismo esté mejor preparado. No solo para cualquier enfermedad, sino para el transcurso normal de la vida.

El sistema inmunólogo se encarga de proteger al cuerpo humano de los diferentes patógenos o enfermedades a los que se pueda ver expuesto durante sus actividades diarias.

“Mantener hábitos saludables como una alimentación nutritiva, actividad física semanal y el no consumo de tabaco, ayudará a nuestro organismo a estar mejor preparado para combatir cualquier enfermedad”, explica Jhon Jairo Bejarano, presidente de la Asociación Colombiana de Dietistas y Nutricionistas.

Sin embargo, hablar de una alimentación saludable, genera muchas inquietudes, en gran parte, por una serie de mitos nutricionales que se han formado en los últimos años en nuestra sociedad. Para María Clara Obregón, nutricionista docente de la Universidad Javeriana, “la alimentación es saludable cuando favorece el buen estado de salud y disminuye el riesgo de enfermedades crónicas relacionadas con ella, cumpliendo con los principios de ser variada, equilibrada, adecuada, saludable e inocua”.

Los expertos en nutrición recomiendan que en la dieta sean incluidos, de manera balanceada, todos los macro y micro nutrientes requeridos por el cuerpo humano, dentro de los que se incluyen las proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y minerales.

En cuanto a las proteínas, se aconseja que sean de alto valor biológico, es decir, que sean de gran utilización por el cuerpo. Para eso es recomendable dar preferencia al consumo de lácteos, pescados, carnes magras y vísceras ya que también aportan nutrientes clave como el hierro, selenio, calcio y zinc, entre otros. También se recomienda el consumo de aquellos carbohidratos complejos como los provenientes de verduras, cereales y leguminosas. El consumo de frutas, entre tanto, permitirá el aporte de fibra necesaria.

Finalmente, el consumo de grasas es fundamental, ya que son una fuente indispensable de componentes esenciales para el funcionamiento adecuado de la respuesta inflamatoria y del transporte de vitaminas liposolubles, por lo tanto, se debe incluir los productos lácteos, los aceites vegetales y las semillas en la alimentación diaria.

Pensando en los adultos mayores, quienes son más vulnerables a cualquier tipo de enfermedad, la doctora Geraldine Altamar, geriatra que hace parte de la Academia Latinoamericana del Adulto Mayor, indica que “para las personas mayores debemos contemplar las mismas consideraciones nutricionales, pero teniendo presente las indicaciones médicas específicas de cada uno. Sin embargo, hay otro factor importante en la alimentación de los adultos mayores y son las dificultades provocadas por los dientes, la ausencia de saliva, entre otros”.

Según la doctora Altamar, si bien las personas mayores suelen disminuir su apetito, no es normal que no quieran comer. Ante una situación de estas se debe acudir al profesional médico ya que lo más probable es que exista otro factor que lo está alterando.

El consumo de agua y otros líquidos que permitan que el cuerpo se mantenga hidratado es otro hábito clave para mantener un estilo de vida saludable. Se recomienda consumir entre 1.5 a 2 litros de líquido al día a partir de agua, jugos, cremas de verduras y leche.

A pesar de que la leche y sus derivados son ampliamente recomendadas por médicos y nutricionistas, y que han sido un producto esencial para la alimentación del ser humano desde hace más de 10 mil años por su alto valor nutricional y fácil acceso, en los últimos años, las consultas rápidas en internet en sitios poco confiables, y el voz a voz, han generado algunos cuestionamientos sobre el consumo de productos derivados de la leche que han sido denominados mitos de los lácteos.

Sobre los lácteos, Clara Rojas, nutricionista de la Universidad Nacional de Colombia, con un posgrado en Nutrición Clínica Infantil del Hospital Infantil de México, afirma lo siguiente:

“La leche y sus derivados son productos con un gran contenido de nutrientes e ideales para una dieta balanceada. Desde hace miles de años el hombre eligió tomar leche de vaca porque encontró en ella un alimento completo y con beneficios nutricionales para su salud. Actualmente en el mercado existen diferentes opciones de lácteos que se ajustan a las necesidades de cada persona, aportando una cantidad de nutrientes que no se encuentra en otros alimentos”.

Los expertos también coinciden en que, para mantenernos saludables, además de llevar una alimentación balanceada y nutritiva, mantener hidratado nuestro organismo y no consumir sustancias perjudiciales, es primordial mantener una actividad física. Si bien no todas las personas pueden realizar deportes o salir a trotar, si se recomienda realizar actividades que eviten pasar largas horas sentado o acostado.

Según Juan Camilo Caycedo, profesional en ciencias del deporte y parte del colectivo @medicosporcolombia, “mantenerse físicamente activo tiene varios beneficios para nuestra salud física y mental. Nos ayuda a mantener fortalecido nuestro sistema inmunológico y nos ayuda a mantener una fuerza vital de toda la parte morfo funcional como músculos, tendones, entre otros. Adicionalmente ayuda a disminuir los niveles de ansiedad y del estrés percibido”.

La OMS ha determinado que la inactividad física o el sedentarismo es el cuarto factor de riesgo de mortandad en el mundo. Puede ser causante de cáncer de mama o de colón, diabetes, cardiopatía isquémica, entre otros. Los niños menores de 16 años, deben realizar 60 minutos diarios de actividad física moderada y vigorosa, las personas entre 18 y 65 años, a la semana deben realizar mínimo 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de actividad vigorosa., Los adultos mayores de 65 años tienen las mismas indicaciones, pero teniendo cuidado con las recomendaciones médicas existentes.

Finalmente, debemos tener presente que nuestro organismo necesita descansar para recuperarse mental y físicamente. En ese sentido, es vital tener unas jornadas de sueño saludables. Normalmente debemos descansar entre 6 y 8 horas. Para lograrlo también es necesario tener presente la alimentación, las rutinas y el ambiente en el que se duerme.

La alimentación saludable, la realización de actividad física, la correcta hidratación y el descanso adecuado son los principales hábitos que las personas deben tener presentes a la hora de querer tener un estilo de vida saludable, permitiendo que el cuerpo y la mente estén fortalecidas para nuestra vida diaria.